• miércoles 12 de febrero 2020
    El caballero del balón
    Le llamé nerviosa. Me contestó con esa voz inconfundible. Después de los saludos de rigor, me aventé: “Le llamo porque quiero escribir un libro de la historia del fútbol ecuatoriano”. “¡Viva el fútbol!”, contestó él. Allí fue cuando tuve que confesar con un nudo en la garganta: “Es que yo solo sé de fútbol que hay once jugadores. Pero deseo que usted me guíe en las investigaciones”. Hubo una pausa en la que sentí dolor de estómago. Pudo haberme contestado que mejor escribiera sobre algo de lo que yo supiera, sin embargo dijo: “Pues vente a mi casa. Ahora justamente tengo tiempo”. El tuteo me indicó que jugábamos en la misma liga. Fui a verle. Ya tenía listo mucho material: revistas, libros, direcciones de personas con quienes hablar y lo principal: su generoso apoyo que duró mientras escribí el libro, que siempre agradeceré. Creyó en mí y puso su conocimiento a mi alcance con esa bondad y esa nobleza que lo caracterizaba. Al despedirnos me preguntó el título del libro. ‘¡Viva el fútbol
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  • lunes 23 de diciembre 2019
    De las posadas mexicanas
    Estamos en México. Este fue el primer país hispano en adoptar la idea de hacer las “posadas” navideñas. Las posadas tienen su origen en las misas de aguinaldo, en las que se hacían representaciones de la historia del nacimiento de Cristo. En 1587 un fraile español, Diego de Soria, las trajo a México pensando en que era una manera de evangelizar a los nativos. Después, los padres agustinos empezaron a realizar las “posadas” del 16 al 24 de diciembre. En las posadas, a más de rezar la Novena del Niño se festejaba con canciones, comida y dulces tradicionales. Ahora la celebración es enorme. Cada familia trata de recibir a los posaderos de la mejor manera. Nos recibe don Pedro, el abuelo de la familia donde estamos invitados. “Ese que dirige el grupo de mariachis es mi ahijado”, explica. “Y allá está doña Guadalupe, que confecciona las piñatas. ¡Mire, nomás qué chulas están!”. Pedimos permiso para pasar. “Pásele, pásele”, nos pide don Pedro, con esa amabilidad tan genuina y bonita que tien
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  • lunes 23 de diciembre 2019
    De villanos y villancicos
    Originalmente los “villanos” eran los campesinos de España que habitaban en los “villorrios”. La petulancia de las clases pudientes cambió, injustamente, el significado de esa palabra a ruin o cruel. Los “villanos” cantaban en las fiestas populares y durante las cosechas canciones con acontecimientos del pueblo. Estas tenían un tono cómico y no estaban relacionadas con la religión. Seguramente con el paso de los años empezaron a llamarse “villancicos”, o canciones de los villorrios. Nadie sabe a ciencia cierta cómo se fueron transformando en canciones navideñas en el mundo hispano. El villancico, en general, está formado de un estribillo y coplas. Sus versos, casi siempre, son hexasílabos u octosílabos. Pues bien, ahora los villancicos son exclusivamente canciones que se dedican al nacimiento del Niño Jesús, es decir; a la fiesta de la Navidad. Faltando apenas un día para comenzar la Novena del Niño, estaría bien recordar alguno: “Campana sobre campana, y sobre campana una. Asómate a l
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  • lunes 14 de octubre 2019
    Orar por nuestro país
    “Debemos interceder por la paz de nuestra ciudad y por la de aquella donde nos encontremos porque de eso depende también nuestra tranquilidad. Cuando se ora por una nación hay que tomar en cuenta siete áreas básicas. Primero, por las familias que son base fundamental de una sociedad. Cada una de ellas tiene la responsabilidad de educar a los ciudadanos. Segundo, orar por la iglesia. Todos somos parte de ella y debemos dar buen ejemplo. Tercero, orar por los educadores y los centros educativos para que vuelva la disciplina y buenas costumbres. Cuarto, orar porque los espectáculos públicos sean proveedores de sana cultura, educación y alta moral. Quinto, es urgente orar para que los medios de comunicación sean responsables en llevar la verdad en todo lo que divulguen. La economía es el sexto objetivo de nuestra oración. Está comprobado que la pobreza es uno de los motivos de la violencia. Séptimo, orar por los gobernantes. Debemos tener un sistema de gobierno eficiente y confiable. Si qu
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  • lunes 23 de septiembre 2019
    De dietas, ayuno y negocios
    Como existe tanta gente con sobrepeso en Estados Unidos (y ya se ve en nuestro país), el tratamiento contra la obesidad se ha vuelto un negocio más. Los tés, las pastillas y las dietas milagrosas abundan. La dieta de la toronja, del jugo de papa rallada, del vino blanco (¡Salud!). Ahora han encontrado una nueva dieta: la del “ayuno”. Sí, dejar de comer. ¡Cómo no se les ocurrió esto antes! El médico y escritor Andreas Michalsen dice en su artículo de la revista The Economist, de este mes, que el ayuno diario de al menos 14 horas ayuda a perder peso, es saludable y hasta espiritual. Solo se puede almorzar. Esto significa que no hay que merendar ni desayunar (olvidémonos del pancito y el café) y así llegar al almuerzo, en ayunas. Este descubrimiento está en la clasificación de “sentido común”: Si quieres bajar de peso, no comas. ¡Imaginen a las personas de gran apetito! Y hay cientos de videos para enseñarte, paso a paso, ¡a ayunar! Una rubia flaquísima sale y dice: “No puedes romper el a
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  • lunes 16 de septiembre 2019
    De una llamada
    Y por fin suena el teléfono y sabes que es tu hijo quien llama: el sexto, cuya mujer está embarazada por primera vez. “¡Ha nacido un varoncito! ¡Pesó nueve libras! El parto fue natural y el bebé y su mami están muy bien.” Miras las fotos en el WhatsApp, está coloradito, los brazos gorditos y todo ese cuerpo pequeño lleno de pliegues que quisieras abrazar en ese instante. Tiene los ojos abiertos. Abiertos al mundo. Al mundo que le espera. Y entonces tienes ganas de arrodillarte, y lo haces. Primero agradeces a Dios de todo corazón y pides, ruegas, suplicas que el mundo en el que le toque vivir no sea tan horrible como presagian. Y en tu mente miras a un mundo mejor donde no hay guerras, ni hambre, ni polución. Entonces, te imaginas a tu nuevo nieto creciendo, riendo, haciendo amigos, bueno de corazón como su papá. Recuerdas cuando él nació. Y recuerdas también a tu padre. Tu padre que quería una niña y la pidió al Señor de Monserrate en Bogotá. Tu padre, que no pudo verte crecer. Que de
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  • miércoles 04 de septiembre 2019
    No me hables de la guerra
    “En la guerra comienzas por agradecer los días que estás viva; luego agradeces las horas y llegas hasta los minutos”, me dice Alenka: de origen polaco, 93 años y una mente clarísima. “Fue un primero de septiembre de 1939. Yo tenía trece años y mi hermana cinco”, suspira antes de continuar. “Las hojas de los árboles ya se tornaban anaranjadas. Mis padres, mi abuela, mi hermana y yo estábamos reunidos junto a la radio. Mi abuela rezaba el rosario a la Virgen Negra de Częstochowa. Había rumores de que Alemania iba a invadir a nuestro país. Y así sucedió aquel día. Entonces, mi padre decidió que debíamos huir a Inglaterra y desde allí a los Estados Unidos. Pero las cosas se complicaron: dos días después, Inglaterra y Francia declararon la guerra a Alemania y así empezó la Segunda Guerra Mundial. Al poco tiempo, mi padre fue fusilado acusado de conspirador. Mi abuela no resistió perder a su hijo. Luego de un año, mi madre, mi hermana y yo escapamos a Inglaterra. Por equivocación nos separar
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  • lunes 12 de agosto 2019
    De piedras y de la primavera
    Es una piedra grande. Busco un parecido con el perfil de un humano o de algún animal y no lo hallo. Es una piedra. Traída por la última era del hielo, hace diez mil años, ahora está en medio de este bosque nórdico. Una piedra cubierta por musgo. Una piedra vestida de verde de varios tonos que van desde los más claros a los más oscuros. Musgos gruesos y suaves al tacto, algunos son ásperos pero exquisitos, unidos por fibras entrelazadas. Otros, adornados con flores blancas y diminutas con hojitas en forma de corazón. Pienso que, aunque es un ropaje magnífico —como la Cenicienta— lo perderá y volverá a su color gris cuando llegue el invierno. Me pongo triste. “¿Qué sientes cuando pierdes todo?”, le pregunto. Por supuesto que me responde. La oigo en mi mente que es donde se escuchan las cosas mágicas. “El invierno no dura para siempre y cuando regresa la primavera me vuelvo a vestir con mi traje verde y soy feliz”. Yo sonrío. Vaya, hasta las piedras pueden ser felices. Concluyo que es pos
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  • lunes 05 de agosto 2019
    De mongoles y poetas místicos
    Los mongoles fueron tribus del norte de Asia. En 1206 el guerrero Temujin, que cambió su nombre a Gengis Kan o “Emperador de emperadores”, la unificó y creo el imperio Mongol. Los mongoles invadieron gran parte de Asia, Europa oriental y el Báltico. Al invadir Persia, alrededor del año 1300, una de las familias que emigró hacia Turquía fue la del poeta místico musulmán Yalal-al-Din, conocido como Rumi, quien creó reflexiones para saber si hemos llegado a la madurez espiritual: “Cuando aceptamos a las personas como son y más bien tratamos de cambiarnos a nosotros mismos. Cuando entendemos que todos están acertados según su propia perspectiva. Cuando no tenemos expectativas en una relación, y damos nuestro afecto por el placer de dar. Cuando lo que hacemos, lo hacemos para nuestra paz. Cuando se deja de demostrar al mundo cuan inteligentes somos. Cuando dejamos de buscar la aprobación de los demás. Cuando no nos comparamos con otros. Cuando se está en paz con uno mismo. Cuando podemos di
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  • jueves 01 de agosto 2019
    Recuerdos de un paso en la Luna
    Era la noche del 20 de julio de 1969. Yo tenía 21 años. Podía salir con amigos (aprobados por la autoridad familiar) y regresar a la 1:00 a.m. Es decir, mi mamá y mis abuelos ya me consideran adulta. Estaba en el primer restaurante sofisticado de La Mariscal: “Le Chalet Suisse”, en la esquina de las calles Reina Victoria y Calama, donde el dueño, Jean Pierre Magmenat, tocaba el piano y cantaba imitando a Louis Amstrong. Pero aquella noche especial, o “espacial”, escuchábamos en la radio la llegada del primer hombre a la Luna. Cuatro días antes, el “Apolo 11” despegó en un cohete, “Saturn V”, desde el Centro Espacial Kennedy en Florida. A bordo iban los astronautas Neil Armstrong, Edwin “Buzz” Aldrin y Michael Collins. ¡Qué emoción! Lloré sin preocuparme de que se corriera el rímel. Recordé “Noche de ronda”, la canción de Agustín Lara: “Luna que te quiebras sobre las tinieblas de mi soledad. ¿A dónde vas?” y, sin saber por qué, lloré aún más. Mientras tanto, Neil Armstrong decía su famo
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