Lidiar con algún tipo de vicio de tu pareja

Las adicciones siempre se dan por falta de autoestima. Uno recurre a ellas buscando una excusa.
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Una vez conscientes de la adicción, ambos deben acudir a una tercera persona, en este caso un profesional que ayude a la pareja a tratar el inconveniente.

15 de mayo de 2018 15:01
Daniela Flores

Las adicciones y los vicios en las personas se puede dividir en dos grupos. El primero incluye a todo tipo de vicios que son evidentes y que son visibles tanto para la persona que lo padece como para su pareja. A los otros se les llama blandos o secos y estos no son tan evidentes ni visibles porque se tiende a minimizarlos o subestimarlos.

Las personas tienden a tener más adicción al alcohol, a las drogas, al tabaco, a la pornografía, a la internet, a los video­juegos y a los aparatos electrónicos en general. Todos estos vicios empujan a las personas a ser más manipuladoras especialmente con su pareja. Frases como: “son solo dos tragos”, “las drogas y el tabaco son relajantes y me desestresan”, “unas horas de pornografía ayudarán en la relación con mi pareja”... y otras son muy comunes en las personas que padecen alguna adicción. En estos casos, la pareja sin vicios empieza a ser víctima y puede llegar a hundirse.

Diego Alejandro Jaramillo, especialista y autor de dos libros de orientación familiar, hace énfasis en que no se puede subestimar ni minimizar la adicción. Asegura que se debe reconocer el problema por parte de ambos y que siempre debe intervenir un especialista para lograr solucionar este tipo de situaciones. También menciona que mientras se trate a tiempo es mejor y más fácil de manejarlo. “Una adicción se puede demorar hasta dos años en ser visible y más tiempo aún en llegar a la rehabilitación”.

Carolina, estudiante universitaria, cuenta lo difícil que fue sobrellevar una relación de enamorados por más de un año con su exnovio, quien tenía una grave adicción al alcohol. Ella dice que al principio no le dio la importancia que se merecía el problema y que la manipulación de su expareja la llevó incluso muchas veces a pensar que ella tenía la culpa de su adicción. Cuenta también lo duro que fue dejar esa relación que desembocó en peleas psicológicas e incluso físicas.

Cuando se trata de relaciones de enamoramiento o noviazgo, lo que recomienda Diego Jaramillo es evitar seguir con estas personas que acabarán con la salud física y mental del otro. “En el caso de que sea el amor de tu vida, tu esposo o esposa, tienes que hacer algo, buscar ayuda por el amor que le tienes”, dice con firmeza.
Muchas de estas adicciones se vuelven en un problema sin reparación que desembocan en otros problemas graves o en una separación o divorcio.

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