El ábaco japonés y sus usos en la enseñanza a niños

El ábaco japonés
10 de mayo de 2018 11:09

Es considerado como el instrumento más antiguo de cálculo, adaptado a diversas culturas. De acuerdo con ciertas teorías, se estima que el origen del ábaco se dio en China, país en que su uso es notable en la época moderna, al igual que en Japón.

Para recuperar la importancia de este objeto se inició con el Proyecto Ábaco. Su meta es poder trabajar las matemáticas de lo concreto a lo abstracto, para lograr el desarrollo cognitivo de niños de 5 años hasta adolescentes de 16 años, obteniendo resultados de operaciones con precisión y velocidad, entre otros beneficios.

De acuerdo con la manera en que los estudiantes superen los diferentes niveles del programa, entrenarán su capacidad de visualización creando la imagen del ábaco en sus cabezas. Esto les permitirá calcular mentalmente operaciones, desde las más sencillas hasta las más complicadas.

La ingeniera Irma Vinueza, directora del Centro Integral Minds, es una de las promotoras del Proyecto Ábaco Japonés en el Ecuador. A su criterio, algunos de los beneficios de esta técnica milenaria son: aumentar la capacidad de concentración y atención de los alumnos; mejorar su orientación en el espacio y su capacidad de observación y escucha; introducir al alumno en el manejo de instrumentos digitales; desarrollar su capacidad memorística, y en concreto la memoria fotográfica, entre otros. Para lograrlos, en esta iniciativa se utilizan tecnologías como las tabletas, las cuales tienen instaladas aplicaciones para que el estudiante interactúe de forma física y virtual con el ábaco.

Vinueza comenta que de esta manera se está trabajando el cerebro de los niños y adolescentes, "además de establecer actividades complementarias como la gimnasia neuronal, entre otras 60, que se realizan a lo largo de este período de aprendizaje".

En efecto, con el uso de esta herramienta se optimizan cuatro competencias: las matemáticas, que son imprescindibles en la actualidad; las digitales, basadas en la habilidad para transformar la información en conocimiento; y, por último, la social e inteligencia emocional, que permite interpretar, expresar y gestionar las emociones generando autoconfianza y la autoestima en los estudiantes.

Los especialistas afirman que con el empleo de este elemento se desarrolla el hemisferio derecho del cerebro, estableciendo la resolución de problemas lógicos y la memoria a largo plazo. Además permite trabajar el hemisferio izquierdo, el cual se centra en la imaginación, creatividad, la expresión de las emociones y las habilidades musicales.

En el Centro Integral Minds, ubicado en el valle de Los Chillos, "se han obtenido buenos resultados con el establecimiento de este programa", finaliza Vinueza.

El ábaco japonés

El ábaco es parte fundamental del proceso educativo

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