Existen algunos temas difíciles de tratar con los hijos, porque como padres no siempre se sabe cómo hacerlo. Pero hablar de ellos puede marcar una diferencia para su vida.
Uno de estos temas es el suicidio. Algo que para muchos es impensable, pero que gracias a series de televisión como ‘13 Reasons Why’, se abre el espacio para el diálogo.

No se trata de hacer una apología sobre este tema, sino de actuar para prevenirlo, sobre todo con los adolescentes, que resultan más vulnerables. Hace unos días, un niño de 11 años y un adolescente de 17 se suicidaron en Quito. Entre las causas que los llevaron a tomar esta trágica decisión estaba el ‘bullying’ o acoso escolar.

Los chicos habían sido hostigados durante meses, no soportaron más la presión y resolvieron quitarse la vida. Sus familias y amigos todavía no comprenden lo que sucedió, pero el tema del acoso está muy relacionado con el suicidio. La causa principal es que al ser acosados, los jóvenes caen en depresión. Se sienten solos, no tienen amigos y su autoestima tiende a desaparecer. 

Luego del impacto que causó la serie, se creó una plataforma sobre el suicidio, la depresión, el consentimiento, el ‘bullying’, el uso de drogas, el acceso a armas y el diálogo familiar. Allí se encuentran videos y documentos con información sobre estos temas y cómo hablar con los hijos de ellos.

“La depresión es uno de los problemas de salud mental más frecuentes. Es una condición que puede provocar síntomas que interfieren con la capacidad de la persona de estudiar, trabajar, dormir, comer y disfrutar la vida”, señala la plataforma de la serie, avalada por organizaciones de prevención de 56 países del mundo.

La depresión termina muchas veces en intentos de suicidio y los niños que están en el entorno de las víctimas resultan afectados o no comprenden por qué alguien quiere quitarse la vida. Por ello, es indispensable hablar con los hijos sobre el tema. Los expertos recomiendan tratar sobre la muerte en general, sin rodeos, sin mentiras piadosas ni eufemismos.

Hablar sobre esto ayudará a que los hijos comprendan qué es y por qué se produce. Se debe desmitificar el tema, para reducir el riesgo de que ocurra. La conversación debe ir atada a la edad que tenga el niño y usando un lenguaje de mucha madurez y seriedad.

Es fundamental que se converse sobre la necesidad de buscar ayuda y compartir las emociones, si en algún momento se llega a sentir tristeza o tanto dolor que se cree que uno mismo no puede salir solo de ese estado. Como padres o familiares debemos estar atentos a cualquier cambio de actitud. Pero sobre todo darnos el tiempo para escuchar a los hijos, responder sus inquietudes y prevenir este tipo de problemas. Si sabemos que nuestros hijos o sus compañeros son víctimas de algún tipo de acoso, que pueda afectar su salud mental, debemos actuar de inmediato.

El ‘bullying’ es un problema real y afecta a 6 de cada 10 adolescentes, de acuerdo con un estudio realizado por la ONG World Vision y Unicef. Carolina Miño, psicóloga y docente de la Universidad San Francisco de Quito, explica que el acoso se presenta cuando existe una víctima -que es incapaz de defenderse- y un victimario -que replica lo que ha aprendido en su hogar-.

Para combatirlo, se debe trabajar psicológicamente con los dos, pero con mayor énfasis en el ‘buleador’, porque necesita comprender que su comportamiento puede traer consecuencias negativas, como causar la muerte de otra persona.
Conversar sobre estos temas ayudará a prevenirlos. La edad de suicidio ha bajado, así que es mejor prevenir que lamentar.

Algunas pistas para entender el tema

El acoso  o ‘bullying’ es una conducta de agresión repetitiva, en la que una persona -en una posición de poder- amenaza o lastima intencionalmente a otra persona, física o emocionalmente. El acoso puede ser físico, verbal, virtual o social.

Las señales  de alerta del suicidio son recurrentes. Preste atención a ellas: cambio de comportamiento en relación con un suceso doloroso. Sentimientos de desesperanza o angustia, distanciamiento de familia y amigos, pérdida de sueño.

La comunicación  es fundamental. Si como padres sabemos todo de nuestros hijos y generamos espacios de comunicación, podremos saber cómo están, qué les pasa. Nunca lo juzgue y siempre muéstrele que de cada mala acción hay un aprendizaje.

Si sabe de algún  caso de acoso escolar, repórtelo. Eso puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Los chicos deben aprender de sus padres y de sus maestros que se debe respetar al otro y protegerlo. Quedarse callados no es una opción.