Música para combatir la violencia infantil

Niños Cantores del Pueblo se proyecta como un espacio de expresión y unión familiar
Música contra la violencia

Música contra la pobreza y la violencia infantil

14 de mayo de 2018 13:00
Fernando Criollo

Desde su creación en el 2009, el proyecto Niños Cantores del Pueblo hizo de la música una de las mejores herramientas de cambio social. La producción de cuatro discos, la participación en espectáculos y festivales nacionales e internacionales, el crecimiento personal y la transformación del entorno social de los integrantes de este grupo coral son pruebas de aquello.
El trabajo se enfocó en atender a niños y jóvenes de barrios urbano-marginales de Quito, vinculados al trabajo infantil o en situación de vulnerabilidad por violencia doméstica o discriminación y así fue como se estableció una alianza entre la Corporación OnoZone Promúsica y el Ministerio de Inclusión Económica y Social, para que Niños Cantores del Pueblo sea parte del proyecto de Erradicación de Trabajo Infantil.
María Augusta Abad, directora coral y presidenta de la Corporación Onozone, sostiene
que en este proyecto se aplica una metodología que comprende el desarrollo y fortalecimiento de tres conceptos: pensar, hacer y sentir. “La música les da la oportunidad de potenciar habilidades, desarrollar su sentido crítico, su razonamiento lógico y sus aptitudes sociales, familiares y comunitarias, así como su forma de relacionarse con otros niños”, dice Abad.
En el proyecto trabajan 11 personas y el proceso se inicia con un equipo de gestores sociales que hacen una búsqueda y abordaje de posibles candidatos en territorio.
Después de llegar a un acuerdo con las familias, los niños entre 5 y 17 años se integran al coro para iniciar la capacitación en temas como apreciación musical y técnica vocal, con tutores musicales. Paralelamente se trabaja en mejorar las condiciones del entorno familiar. El proceso de base dura dos años, pero hay quienes han permanecido por más tiempo.
Avilio Cedeño habla con orgullo de su hija Cynthya, quien ingresó al coro cuando tenía 6 años. Con el tiempo, su voz ha cambiado y su técnica ha mejorado y ahora, a sus 13 años, es una pieza clave del ensamble.
Su padre dice que además de ocupar el tiempo libre en una actividad productiva, la música ha servido como un espacio para cultivar valores positivos y unir a la familia.
Desde el 2009 se ha atendido a 1 857 niños, y quienes integran el coro actualmente provienen de sectores como el Comité del Pueblo, Cochapamba, Atucucho, La Pulida, Lucha de los Pobres y otros.
Al coro se suman otros proyectos como un ensamble de percusión y otro de instrumentos de viento y se han grabado cuatro álbumes: ‘Canciones de Navidad’, ‘Herederos del futuro’, ‘Por ti vamos a vencer’ y un volumen recopilatorio.
Abad destaca la fortaleza espiritual y la capacidad de sobrevivencia de los jóvenes que han integrado Niños Cantores del Pueblo. “Ese es un factor que les permite comunicarse musicalmente desde lo afectivo, lo que viven y sienten”.
Sensibilidad interpretativa que les permitió calificar al Festival Mundial de la Juventud, que se realizará desde el 26 de abril en Bélgica. Para financiar el viaje se ha organizado una rifa solidaria (USD 2) y la venta de CD con temas interpretados por el coro (USD 5). Para información y pedidos se puede comunicar al teléfono 346 4693 o al 098 115 3499.
Para Abad, uno de los mayores logros es ser testigo del potencial que tiene una actividad artística como la música para transformar una realidad individual, familiar y social.

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