lunes 08 de julio 2019

De coles, cigüeñas y bebés

Edna Iturralde

Nuestro sexto hijo y su mujer están esperando su primer bebé y así tendremos once nietos. Toda nuestra conversación gira alrededor de este hecho maravilloso. Se me ocurrió pensar en cómo se explicaba en distintos países de dónde veían los bebés. En varias regiones de Francia y Bélgica afirmaban que los bebés crecían dentro de las coles para estar calientitos. El mito más extendido en occidente es el de las cigüeñas. El primero en mencionarlo fue Hans Christian Andersen, que cuenta cómo una pareja de cigüeñas trae bebés a una madre que perdió el suyo apenas nacido. En Alemania, las cigüeñas —antes de estar en peligro de extinción— anidaban en las chimeneas de las casas, y por allí dejaban caer un bultito con un bebé. El mito más famoso es que a los bebés los traía la cigüeña desde París. Resulta que una pareja de un pueblo que trataban de tener familia, viajaron a París por negocios del marido. Justamente en la casa que arrendaron anidaban unas cigüeñas en la chimenea. Al regresar al pueblo con su tierno hijo, contaron a los vecinos que las cigüeñas de París les habían traído al bebé. ¡Oui, lá, lá!