jueves 25 de junio 2020

Mensaje a mi padre

Edna Iturralde

Yo no te recuerdo. Tenía un año cuando partiste justamente en mi cumpleaños. Tus sueños de aviador quedaron incrustados en las faldas del Tungurahua en un ala del avión que aún brilla en los días despejados. Trato de recordar tu rostro porque dicen que en algún lugar de la memoria guardamos recuerdos aún a tierna edad. Mas no puedo. El rostro que llega a mí mente es el de las fotos, especialmente la que estás sonreído delante de un bimotor de los años cuarenta, con tu chaqueta y tu casco de cuero con gafas redondas. ¡Te ves tan joven! Tengo otras donde me cargas en tus brazos y me miras con un amor que traspasa el vidrio. Sé que me decías “reinita”, pero no recuerdo tu voz. Que me cantabas, pero no recuerdo la canción. Que me mecías para que me durmiera, pero no recuerdo tu calor. No pudiste enseñarme a montar en bicicleta, ni a jugar tenis que tanto te gustaba. Ni pudiste enjugar mis lágrimas cuando me lastimaba. Tuve un gran abuelo que me quiso mucho, pero tú no estabas. Nunca me oíste llamarte papá, pero ahora lo hago. ¡Qué falta me has hecho, papa! ¡Papá! Ahora más que nunca te siento a mi lado.