lunes 25 de julio 2022

De la multiculturalidad

Edna Iturralde

Uno de los cinco ejes en mi literatura es la multiculturalidad. Sin embargo, en el multiculturalismo en sí hay otra cara: el peligro de que se lo transforme a identidades enaltecidas por mitologías étnicas o religiosas, fundamentales e intolerantes, instigadas a agredir a otras, sin mantener ningún reconocimiento de otros ciudadanos.

Además, es injusto explicar el mundo únicamente desde una visión feminista o gay, o indígena o de negritud, o desde la óptica del llamado primer mundo o del tercero.

Desde un compendio multicultural completamente cerrado, la misma riqueza de la multiculturalidad se pierde porque no se la puede compartir. Un país no puede tener dos banderas sin causar terrible daño al mismo país, a lo que llamamos patria y nos permite identificarnos.

La multiculturalidad sesgada y ciega es como un tumor canceroso en el cuerpo de un país que terminará por destruirlo, inclusive con una guerra civil. Mi deseo es quitar los velos de las identidades desconocidas u olvidadas para compartirlas con quienes nos reconocemos como mestizos, indios y negros, pero, ante todo, como ciudadanos del Ecuador.