lunes 13 de junio 2022

Un pez es un pez

Edna Iturralde

Había una vez un pececillo que vivía en un estanque. Su mejor amiga era una rana verde y brillante que venía a visitarle de vez en cuando porque viajaba mucho.

La rana contaba lo que había visto en sus viajes. “Vi una vaca blanca con negro”, dijo una vez. “¿Qué es una vaca?” preguntó el pez. “Una vaca es un animal grande con cuernos que dice muuuu”, dijo la rana. El pececillo se quedó pensando.

“También he visto automóviles”, continuó la rana. “¿Qué son automóviles?”, preguntó el pez. “Son unas máquinas con ruedas que van velozmente por los caminos”, contestó la rana.

El pececillo se quedó pensando. La rana se despidió y el pececillo se puso triste. “Yo quisiera ser una rana y conocer cosas interesantes”, se dijo y saltó fuera del estanque.

El pobre se quedó estremeciéndose sobre la yerba. Por suerte llegó la rana y lo empujó al agua. ¡Qué gusto tuvo el pez de volver otra vez a su mundo!

¡Las algas que bailaban en el agua le parecieron tan bonitas! ¡Y el reflejo de los rayos del sol era precioso!

Entonces se dijo: “Si, una rana es una rana, pero un pez es un pez”. Y nunca más trató de ser lo que no era.