lunes 23 de diciembre 2019

De villanos y villancicos

Edna Iturralde

Originalmente los “villanos” eran los campesinos de España que habitaban en los “villorrios”. La petulancia de las clases pudientes cambió, injustamente, el significado de esa palabra a ruin o cruel. Los “villanos” cantaban en las fiestas populares y durante las cosechas canciones con acontecimientos del pueblo. Estas tenían un tono cómico y no estaban relacionadas con la religión. Seguramente con el paso de los años empezaron a llamarse “villancicos”, o canciones de los villorrios. Nadie sabe a ciencia cierta cómo se fueron transformando en canciones navideñas en el mundo hispano. El villancico, en general, está formado de un estribillo y coplas. Sus versos, casi siempre, son hexasílabos u octosílabos. Pues bien, ahora los villancicos son exclusivamente canciones que se dedican al nacimiento del Niño Jesús, es decir; a la fiesta de la Navidad. Faltando apenas un día para comenzar la Novena del Niño, estaría bien recordar alguno: “Campana sobre campana, y sobre campana una. Asómate a la ventana, verás al niño en la cuna. Belén, campanas de Belén, que los ángeles tocan, ¿qué nuevas me traéis?”.