lunes 04 de julio 2022

¡Ecuatorianismos!

Fausto Segovia Baus

A Carlos Joaquín Córdova se le recuerda como el zahorí de los ecuatorianismos. Él escribió en tres tomos “El habla del Ecuador/Diccionarios de Ecuatorianismos”, Casa de la Cultura Ecuatoriana, Quito, 2008. ¿Por qué zahorí?

Porque Córdova (1914/2011), cuencano, tuvo “el don de descubrir lo que quedó oculto” por mucho tiempo, y que forma parte de la cultura nacional, a través de una ciencia: la lexicografía.

Pedro Calvo-Sotelo dice sobre la obra de este notable investigador: “Sus libros fueron esencialmente uno, “El habla del Ecuador”, el más completo diccionario de ecuatorianismos, en tres gruesos volúmenes, pero también “Un millar de anglicismos”, otro modelo de fina sensibilidad lingüística y de humor.

Sus acciones, las de un docto lexicógrafo que fue miembro y director durante lustros de la segunda Academia correspondiente de la Española, la ecuatoriana, y en su nombre recibió el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, en 2000”.

Algunos ejemplos de su insuperable diccionario: ango, duro, resistente; baratieri, barato, de pacotilla; cachullapi, baile popular animado y alegre; chuchaqui, depresión causado por el abuso de la bebida; danzante, personaje del folclor regional, imprescindible en las fiestas religiosas de la Sierra ecuatoriana; estuata, barbarismo por estatua; fritada, fritura de carne de cerdo; guambra, niño, adolescente, persona de poca edad; hora ecuatoriana, la que no se la respeta con puntualidad; ishpingo, especie de canela de los bosques orientales; llapingacho, tortilla de papas elaborada con queso; macateta, juego femenino; nanay, no rotundo; ñeque, muy fuerte, robusto y vigoroso; pimpón, tenis de mesa; zambo, hijo de afrodescendiente e indígena. ¡Gracias, profesor Córdova!