viernes 09 de diciembre 2022
6 de noviembre del 2022

¡Máscaras!

Fausto Segovia Baus

Un día alguien dijo en voz alta: “¡Es hora de sacarnos las máscaras!”. Y todos reímos. Acto seguido nos sacamos las mascarillas, y comenzamos a hablar sin parar.

Fue cuando pensé en escribir sobre las máscaras y sus significados, que en todas las culturas -desde los neandertales, hasta devonianos y homo sapiens- simbolizaron a los dioses. Si bien hay evidencias científicas, inscritas en la lejana antigüedad, en esta columna vale la pena adentrarse en una característica especial: el personaje que, supuestamente, todos representamos.

El diccionario dice: “La palabra «máscara» tiene origen en el masque francés o maschera en italiano o másquera del español. Los posibles antepasados en latín (no clásico) son mascus, masca = «fantasma», y el 'maskharah' árabe = «bufón», «hombre con una máscara». Otro posible origen sería la combinación de las palabras "más" y "cara", que hace referencia a las caras que se añaden al portar una máscara”.

Al principio, las máscaras estaban vinculadas a los animales y actuaban como símbolos protectores. Los griegos y romanos empleaban las máscaras -como cascos, que cubrían la cabeza- en las fiestas dedicadas a Dionisio, y también en el teatro. Las máscaras infundían temor y alegría. En el Renacimiento servían para representar personajes en las comedias -como actores, arlequines o payasos- quienes podrían decir impunemente la verdad.

En el ámbito andino, las máscaras simbolizan ideas cósmicas, entre ellas, la Pacha Mama o la diosa de fertilidad. Y también animales sagrados como el jaguar, el venado, el oso, el zorro y las aves, con pieles y plumas originales. Hoy en día, las máscaras equivalen a caretas. ¡Si algún día nos sacáramos, de verdad, las caretas!