lunes 25 de abril 2022

¡Vejentud!

Fausto Segovia Baus

Vejentud es el resultado afortunado de la fusión de dos vocablos: vejez y juventud. En principio pensé que vejentud era una palabra “acomodada” para hacer sentir bien a las personas de la tercera edad. Pero es castiza, y se habla con propiedad en Uruguay, Cuba y El Salvador.

En el Ecuador es poco conocida y merece ser hablada y escrita. Según la RAE no lleva tilde y su sílaba tónica es tud, que corresponde a su última sílaba.

El Instituto de Estadísticas y Censos (INEC) sostiene que la población de adultos mayores en Ecuador llegó a finales de 2021 a 1,3 millones. Esta cifra implica un 33% más que en 2010. La esperanza de vida mejoró para los adultos mayores, aunque no todos tienen acceso a servicios de salud, por la precarización de sus ingresos.

El envejecimiento de la población es un fenómeno global. Para 2050 se calcula que 2.000 millones de personas tendrán más de 60 años, en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), gracias al avance de la medicina.

Pero más allá de las cuestiones gramaticales y estadísticas está su significado. Vejentud es un vocablo que intenta generar una nueva actitud en los seres humanos. Si envejecer es inevitable, crecer saludable es opcional. Y el crecimiento emocional y espiritual depende de cada persona.

Está comprobado que se siente más o menos viejo en manera proporcional a la calidad de vida que lleve, y sobre todo al estado mental, así como al manejo adecuado de la salud física, social y espiritual. Si a lo anterior se suma una vida interior asertiva, la vejentud es posible y no una cifra.

La vejentud, en esencia, es una juventud acumulada. ¿Cómo llegar a la vejentud con calidad de vida? Es una pregunta clave. De usted depende.