miércoles 12 de febrero 2020

El amor es un acto de fe

Nancy Verdezoto

Tengo que confesar que escribir esta columna me resultó muy difícil. Quería hablar del amor y de la celebración de San Valentín, pero antes de poder teclear las primeras letras un millón de ideas me asaltaron: ¿cómo defino el amor?, ¿explico sobre los distintos tipos de amor?, ¿cómo incluyo el huracán de emociones que acompañan a este sentimiento? Entonces recordé una fábula que leí hace mucho sobre los sentimientos, que terminaba así: “El amor es ciego y la locura siempre lo acompaña”. Creo que esta es la mejor definición posible, porque amar es un acto de fe: nos entregamos por completo a otra persona, con la ilusión de sentir amor de vuelta con la misma intensidad, con la esperanza de que la persona amada esté siempre junto a nosotros, pero también con la valentía de entender que amarnos a veces significa desprendernos de lo que nos lastima, dar vuelta a la página de las historias con finales trágicos. El amor no es solo un sentimiento de pareja, es de padres, de hijos, de amigos, de nietos, de nosotros mismos. El amor es una emoción pura y está muy lejos de ser lo que a veces entendemos como tal: la posesión, el apego, la dependencia... Amor es felicidad, eres tú.