La bendición de tener abuelos

Cuando somos niños, los abuelos son fundamentales en nuestro día a día. Ellos cuidan de sus nietos cuando sus hijos están en el trabajo, les ayudan a hacer deberes, les enseñan las tablas de multiplicar... pero conforme crecemos, el rol de los abuelos va desapareciendo y se transforman en personas ‘chapadas a la antigua’, que no nos entienden y se preocupan ‘demasiado’ por nosotros. Así, poco a poco nos vamos alejando de ellos, ya no los visitamos tan seguido, no los necesitamos. Sus conversaciones nos aburren y nos incomoda escuchar una y mil veces las mismas historias. Pero la verdad es que tener un abuelo es tener un ángel de la guarda; siempre pendientes de nosotros, cariñosos y mimosos. ¿Por qué no retribuir algo de lo que ellos hicieron por nosotros cuando apenas podíamos valernos solos? Cuidemos a nuestros abuelos, celebremos que los tenemos a nuestro lado, que nos pueden aconsejar y que nos recuerdan las raíces de donde venimos. Agradezcamos porque siempre tendremos de ellos un abrazo que nos reconforte, su palabra que nos oriente y aconseje sin castigo. Yo doy gracias por mi abuela, la que siempre ha estado ahí para mí.