lunes 23 de mayo 2022

Un futuro sin cadenas

Carolina Castillo

De memoria conocíamos los acontecimientos del 24 de Mayo de 1822, mis compañeros de aula y yo. Estábamos en tercer grado y la profesora se sentía feliz cuando dictaba la clase de historia.

“Encabezada por el Mariscal Antonio José de Sucre, la batalla contra el ejército español se llevó a cabo en las faldas del Pichincha y nos dio la libertad”, decía.

Cuando lo narraba, hasta el tono de su voz era distinto. Así de bien considero que nos enseñaba. Saberlo como ella era un logro para nosotros y, obvio, la buena calificación del examen nos complacía.

Pero ella quería que aprendiéramos algo más que nombres, hechos y fechas. Nos llevaba como 30 años y, naturalmente, comprendía mejor el impacto de un proceso histórico como ese.

Aunque tal vez no entendíamos las cosas como ella aún, sí fue capaz de contagiarnos el orgullo que sentía de vivir en un país libre. Sembró una semilla.

Hizo de nosotros unos pequeños patriotas. Ya con el tiempo uno conoce mejor el significado de una gesta como esa.

Es un hito que nos forjó un destino sin cadenas, un proceso indispensable para el desarrollo de una nación. Es una proeza que nos ha dado dos sido siglos de libertad que debemos honrar con nuestro trabajo y acciones.