lunes 15 de mayo 2023

La sintonía de la maternidad

Gabriela Balarezo

Escribo estas líneas gracias a un sueño cumplido. No mío, pero que me alegra mucho saber que se materializa. De la alegría compartida por la felicidad ajena trataré en otra ocasión.

Durante los próximos meses seré una pasajera en trance. Como cuando un metro se para entre dos estaciones y los pensamientos se liberan mientras dura la interrupción de la ruta.

Cada semana, cuando empiece a teclear para llenar el espacio en blanco, sentiré que estoy en ese vagón, iluminada con luces fluorescentes y, a la vez, rodeada de oscuridad. Y dejaré que la mente divague. Quedarán aquí escritas las reflexiones que surjan.

Para empezar, debo confesar que es la primera vez que hago esto y que probablemente le haya dado mil vueltas al asunto. Sí, en este campo soy una novata, pero de alguna manera se debe empezar. Será cuestión de prueba y error. De entrenar el ‘músculo’.

Me complace estrenarme en este espacio en una edición que incluye testimonios de mamás fuertes, perseverantes e inspiradoras. Una de las historias me hizo reflexionar sobre cómo damos todo por sentado y que, quizás, variar ligeramente la perspectiva puede cambiar la sintonía de la maternidad.