Nadie es inmune al fracaso. La derrota nos ronda todos los días en mayor o menor escala. Así lo demuestra José Hidalgo Pallares, quiteño de 39 años que encontró en este tema algo fascinante. ‘El manual de la derrota’, un libro publicado por la editorial Festina Lente es precisamente un conjunto de anécdotas en las que el lector encontrará que la vida cotidiana está llena de pequeñas y grandes victorias, así como mayores o menores fracasos.

Este tercer libro de relatos sigue el hilo conductual de sus trabajos pasados. Pallares ganó el Premio Joaquín Gallegos Lara en el 2005 con ‘Historias cercanas’. Dos años antes, en 2003, obtuvo una mención de honor en el mismo Premio, por ‘La vida oscura’.

Además de los relatos cortos también ha incursionado en otro género literario. Publicó las novelas ‘Sábados de fútbol’ en 2007 y ‘La búsqueda’ (2013), que fue finalista del Premio Encina de Plata de España.

Fue periodista en la sección de Economía del diario argentino La Nación. De esta experiencia se quedó con la economía del lenguaje, por lo que dice que prefiere escribir relatos cortos a grandes novelas.

Escribir de la derrota, dice Pallares, es algo que “se me da con naturalidad”. En este último libro, el fracaso es algo que une a 13 relatos de la vida cotidiana con personajes que podrían ser nuestros propios familiares, amigos, compañeros de trabajo y hasta nosotros mismos.

En ‘El manual de la derrota’, el lector conocerá a un hombre que vive por su trabajo, una pareja que lucha por mejorar su condición económica o un hombre que descubre la violencia que habita en su interior. Son personajes, dice el autor, a veces grises, a veces fracasados o que pueden tener aires de grandeza cuyas vidas se ven trastocadas por un evento.

“Podemos sufrir un traspié de que se nos perdió el celular o nos robaron el celular en la Ecovía o una cosa más importante como que nos detectaron una enfermedad terminal y cómo afrontar eso”, dice Hidalgo. En los 13 cuentos se enfoca más en aquellas derrotas que van más allá de lo superficial y que tienen la capacidad de cambiar la vida de una persona para siempre.

Sin embargo, pese a que aparenta tener indicaciones o contraindicaciones sobre cómo sobrellevar los diferentes golpes de la vida, el libro no encaja en el género de autoayuda y tampoco da un mensaje de aliento a los lectores. Más bien es una recopilación de anécdotas en las que el lector podrá sentir familiaridad con alguna situación o personaje.

El autor también confiesa que este libro es el menos autobiográfico de sus publicaciones. “En este caso hay un cuento que se llama ‘Carta de papá’, en el que el personaje es padre de gemelos y yo soy padre de gemelos de la edad en la que se entiende que están los niños del relato”, dice. A esta historia en particular le tiene un cariño especial. Los graduados es otra de las narraciones que Hidalgo siente más cercanas a él. En este relato se habla de un joven que siempre sigue las reglas y que años más tarde siente una frustración por no haber vivido de forma más intensa.

Tampoco es un relato lejano ni narrativa ni geográficamente. Aunque no sea explícito, la coloquialidad de los cuentos dan cuenta de que estos personajes se encuentran en Ecuador. “Para eso es que el tema del lenguaje me resulta tan importante, que no sea un español neutro sino con una identidad claramente marcada, sin que eso sea un limitante para que se entiendan en otros países”, apunta Hidalgo.

Además de la derrota, todos tienen algo en común: la búsqueda de la aceptación. Los personajes tienen una necesidad de encajar en su trabajo, en su grupo de amigos o en su propia familia.

A pesar de ser un tema oscuro, el libro logra balancear la narrativa con la cantidad justa de humor para mostrar también que en la vida existe balance y equilibrio. Tampoco falta la dosis de ironía y sarcasmo que revelan las peculiaridades de la vida cotidiana.