El arte de gestionar las discusiones de pareja

Hay que llegar a acuerdos para mejorar la convivencia. Respeto y empatía son claves para superar una pelea.
Se debe tratar las diferencias con madurez y escuchando los sentimientos e ideas de la otra persona. Foto: Freepik

Se debe tratar las diferencias con madurez y escuchando los sentimientos e ideas de la otra persona. Foto: Freepik

7 de agosto de 2019 18:30

En cualquier relación sentimental es inevitable que se presenten conflictos. Las discusiones de pareja son muy comunes ya que resulta prácticamente imposible que dos personas estén de acuerdo en absolutamente todo: en las reglas de la casa, cómo organizar el hogar, las actitudes y comportamientos de cada persona.

Generalmente estas discusiones empiezan a aparecer después de las primeras etapas de la relación. En el enamoramiento el cerebro ve únicamente los aspectos positivos de la otra persona. Si se nota algo que puede parecer molesto, la ilusión y el estado de felicidad lo opacan.

Cuando esta primera etapa concluye inicia una fase de amor estable y mas real. Aquí las personas empiezan a reconocer que la pareja también tiene defectos y pueden aparecer las primeras discusiones.

Según Paula Aguirre, psicóloga de pareja, hay varias causas que pueden provocar conflictos. “El tema del dinero, la relación familiar, el trabajo, la vida social” son algunos ejemplos que cita la especialista.

Esto puede ser atemorizante para algunas personas, especialmente si no saben cómo manejar estas diferencias para que no evolucionen en problemas mayores. Pero Aguirre considera que esto es normal y hasta necesario. “Esto ayuda a llegar a acuerdos y establecer un orden en la convivencia”, indica. Así la relación puede avanzar y no estancarse.

Pero para lograr esto es importante que la pareja sea capaz de manejar estas diferencias con madurez. “A veces nos enfrascamos en echarle la culpa al otro y nos quedamos en eso y el problema nunca se soluciona”, dice Aguirre.

Una recomendación es que ambas partes expresen sus ideas y emociones con libertad pero también con respeto y consideración con los sentimientos de la otra persona. Es fácil perder la cabeza y decir algo que puede causar mucho daño al otro.

Como resultado de esto, la pareja probablemente se sienta atacada y buscará defenderse y protegerse. Entonces la discusión se convierte en una serie de acusaciones contra la otra persona y no se aborda el conflicto que dio inicio a toda la pelea.

En ocasiones, por evitar una pelea, una o ambas partes preferirá guardarse lo que siente o lo que le molesta. Esto solo logrará que estos pequeños problemas se acumulen hasta que se convierten en algo intolerable. “En lugar de tener una conversación o una discusión pequeña para llegar a una solución rápida y sencilla, después aparecen problemas que requieren de mucho trabajo y terapia”, dice la especialista.

Además, no lidiar con los problemas causa una separación emocional en la pareja. Cuando esto ocurre hay distanciamientos, los individuos sienten que no pueden confiar en la otra persona y la convivencia deja de ser armoniosa.

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