El cambio debe nacer de uno mismo

La idea de cambiar por amor no es del todo realista. Las transformaciones de las personas deben surgir en beneficio propio no del otro.
En el enamoramiento, en los primeros meses o dos años se tiende a idealizar al otro y miramos solo las cualidades. Foto: Freepik

En el enamoramiento, en los primeros meses o dos años se tiende a idealizar al otro y miramos solo las cualidades. Foto: Freepik

12 de abril de 2023 17:53
Gabriela Balarezo

La premisa de cambiar por amor es uno de los mitos de las relaciones románticas más comunes y, sobre todo, la más predominante en las tramas de películas, series y telenovelas en la actualidad.


Desde ‘50 Sombras de Grey’ hasta ‘La Bella y la Bestia’ y ‘Me robaste el corazón’, uno de los últimos éxitos turcos. La historia casi siempre tiene el mismo hilo conductor. La mujer conoce a un hombre que, por lo general, tiene mal carácter y ambos se enamoran. Y ese amor hace que el hombre finalmente cambie por ella, que sea una mejor persona. Pero, ¿hasta qué punto esto es posible o cómo puede llegar a afectar a una relación?

Ante todo hay que tener muy claro, advierte la psicóloga Jessica Ronquillo, que los cambios surgen en la pareja en la etapa inicial o de enamoramiento. Tienen que ver con el afán que tiene uno de los dos por complacer en su totalidad al otro. En esta etapa, explica la experta -que neurológicamente va desde los 4 meses hasta los 2 años (dependiendo de la pareja)- existe una idealización del otro individuo.

“Al pasar la fase del enamoramiento, la persona empieza a ver los defectos de su pareja. Entonces se da una lucha por querer que sea como yo quiero y que cambie eso que tanto me incomoda”, expresa Ronquillo. Suele ser en esta etapa de la relación cuando ocurren esos “cambios por amor”, que al ser inmediatos implican que son de corta duración o que funcionan como un espejismo.

Los ‘influencers’ Santi y Laurita, conocidos por compartir contenidos sobre parejas y la convivencia en el matrimonio, abordaron el tema en un video que difundieron en redes. Santi cuenta que él solía ser una persona bastante mentirosa y que después de conocer a Laurita tomó la decisión de cambiar. Aunque, detalla, no fue algo directamente motivado por su ahora esposa. “Yo decidí cambiar por mí, porque me hacía daño tanta mentira”, señala.

Laurita aclara que ella nunca le pidió que cambiara por ella, que simplemente le hacía saber a su pareja que no le gustaba que fueran tan mentirosa. Ella insiste en que el cambio debe ser para beneficio de uno mismo.

Esa es la clave de este tema. La transformación debe surgir de la misma persona y buscando el bienestar propio primero, según la especialista. “Hay que tener claro que nadie puede cambiar a la otra persona. El cambio únicamente se produce cuando él o ella de forma individual ha reconocido que eso que genera esa conducta que tiene, esa manera de ser crea un problema en su vida, consigo mismo”, indica Ronquillo.

Por eso, según la psicóloga, en un escenario ideal el cambio (si fuera el caso) debería efectuarse mucho antes de estar en una relación. La soltería es una etapa oportuna para trabajar en el autoconocimiento, desarrollar inteligencia emocional y responsabilidad afectiva. Estas herramientas, sumadas al hecho de identificar con claridad lo que se busca a través de una relación, van a evitar situaciones como las que son tan comunes en las películas y novelas, que acaban por desgastar a la unión entre la pareja.

No obstante, el tema de cambiar por amor es complejo y tiene muchas aristas. Depende de cada pareja y hay que considerar que existen dos lados: el que quiere motivar la transformación y el que supuestamente debe cambiar. Esta búsqueda para lograr alterar una conducta en el otro implica asumir un rol que no es el adecuado para la pareja (como el de una mamá, por ejemplo). “Ocupar roles que no nos pertenecen pueden generar un daño mayor en la relación”, precisa Ronquillo.

Para Laura, esas personas que inician una relación con la intención de ir moldeando, poco a poco y a su manera, a su pareja asumen una actitud equivocada. Santi considera incluso que es “algo peligroso” para el futuro de la relación.

Según los ‘influencers’, las parejas tienen varias facetas (cuando conoces a la otra persona, el inicio del noviazgo y el matrimonio) y los defectos del otro son más o menos visibles de acuerdo con cada una de esas fases.

Después de casarse, aseguran, es cuando todo se maximiza y se nota aún más y es cuando empiezan estas luchas por motivar cambios.

Con todo este panorama en mente, la psicóloga Ronquillo sugiere que más que esperar o pedir cambios lo óptimo es lograr acuerdos a través de un diálogo asertivo entre ambas partes.

Otras consideraciones

Inconformidad. Los problemas por cosas que nos molestan del otro en una relación suelen surgir cuando ya no hay ese coctel emocional que domina el cerebro mientras dura el período de enamoramiento en donde todo es perfecto.

Negociación. Las inconformidades que van apareciendo en las diferentes etapas de la relación deben resolverse mediante acuerdos y negociaciones. Lo más importante es poder contribuir entre las dos partes a que la relación mejore.

Idealización. Las personas que piden un cambio en su pareja deben pensar primero en las características de la personalidad del otro. Muchas veces esa petición se relaciona con un sesgo cognitivo que únicamente destaca lo positivo.

Palabras. Tampoco se trata de no comunicar lo que nos molesta del otro. Es diferente decir: “No me gusta ese carácter”, que “no me gusta como discutimos cuando estamos en pareja”, explica la psicóloga Ronquillo. La clave es la comunicación.

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