Todas las parejas pelean, creer lo contrario es ingenuo y fantasioso. Estas discusiones no significan que el amor ya no exista, sino que existen puntos de desacuerdo, que deben ser resueltos a tiempo para evitar problemas mucho mayores a futuro.

La idea es que estos conflictos no deriven en una discusión, sino que puedan ser solucionados en una conversación. Hacerlo no es fácil, se requiere de un grado de madurez, que permita la comunicación: escucharse, abrirse a los argumentos y sobre todo ‘ponerse en los zapatos del otro’.

Es indispensable que se asuma la parte de responsabilidad que se tiene en el problema. Recuerde que todas las peleas tienen dos lados y no siempre tendremos la razón. Según un estudio realizado por el doctor Keith Sanford de la Universidad de Baylor, antes de empezar o de entrar en una pelea se debe mostrar un poco de empatía. Esto reducirá la ira que se presenta en todas las confrontaciones.

Para llegar a este resultado, se analizó a 83 parejas y descubrieron que el enojo que se manifiesta antes de empezar una discusión únicamente empeora las cosas. “He descubierto que las parejas estaban más destinadas a expresar su furia no en los momentos en que se sentían más furiosos, sino cuando el clima en su relación era el de irritación”, explicó el investigador en la publicación de su trabajo.

Es decir que los momentos de mayor tensión son los previos a una discusión, cuando a alguno de los dos les molestó algo. Esto genera un ambiente de estrés y malestar previo que desencadenará una pelea más grande de lo que ameritaba.

Otra investigación efectuada por Lawrence A. Kurdek, publicada en el Journal of Marriage and Family, señala que hay seis áreas de conflicto más habituales entre las parejas: los conflictos de poder, los temas sociales, los defectos personales, la falta de confianza, la intimidad y el compromiso de la pareja. Las que están vinculadas con la confianza y la intimidad son las que más heridas pueden dejar en una relación, porque se involucra con la estabilidad de una pareja, sea casada o de novios.

Para evitar estos problemas lo mejor es la comunicación. Hablar con la pareja de todo lo que sentimos o nos molesta sin caer en provocación.