En una relación de pareja es inevitable que existan diferencias en la convivencia y en cuanto a la forma cómo se llevan distintas situaciones. En ocasiones puede aparecer la crítica, un comentario que puede afectar la sensibilidad de la otra persona.

Se debe diferenciar entre los dos tipos de crítica que existen: constructiva y destructiva. La primera se enfoca en el problema y no en la persona. La segunda funciona al revés.

Generalmente, la gente reacciona de forma negativa ante una crítica. Esto debido a que es difícil aceptar las equivocaciones y resulta doloroso cuando la otra persona ve algún defecto en uno mismo. Sin embargo, si la crítica se hace desde el amor y el respeto es más fácil aceptarla y cambiar la conducta, si eso fuera lo justo.

Para dar una crítica constructiva es importante tener en cuenta el tono de voz, el contexto y la forma en que se hace el comentario. Si únicamente se juzga a la otra persona existen altas probabilidades de que causemos dolor en el otro.

Antonio Zurita, psicólogo clínico, dice que la crítica ayuda a la pareja a salir de un estado idílico en el que no existen diferencias ni desacuerdos. Las relaciones se vuelven más reales y sinceras. Es un proceso de maduración y crecimiento para ambas partes.

El especialista dice que una buena forma de lograrlo es empezar por elogiar alguna característica de la otra persona. Por ejemplo, si se va a hacer una crítica sobre el tiempo que dedica la otra persona al celular, se puede empezar elogiando lo trabajadora que es. También se puede agradecer y valorar por lo que hace y cómo se dedica a esa actividad. Luego se puede proponer que para pasar más tiempo de calidad en pareja o en familia se puede fijar un tiempo libre de dispositivos móviles.

Si el camino que se elige es decirle a la persona que pasa mucho tiempo en el celular, que nunca está presente o que no presta atención a su pareja o familia entonces puede provocar una actitud defensiva que genere más discusiones. “Lo mejor es hablar desde cómo una actitud o comportamiento nos hace sentir porque esto no se puede contradecir”, dice Zurita.

No es igual decir: ‘Me preocupé cuando vi que no aparecías y no me llamaste. Pensé que estábamos de acuerdo en que nos llamaríamos en un caso así’, que decir: ‘Eres un egoísta, no piensas en cómo me sentí. No te importo’. “La otra persona lo recibirá y lo procesará de formas distintas”, señala el especialista.

Cuando la convivencia está llena de críticas hacia uno de los miembros de la pareja pueden surgir problemas. Esto debido a que una persona puede sentirse constantemente juzgada y poco valorada. Entonces su autoestima y seguridad se verán afectadas.

Por ello es conveniente que cada persona analice hasta dónde es saludable criticar. Si el problema es muy grave, entonces será necesario atenderlo y buscar una solución.

Del otro lado, es importante que se aprenda a recibir críticas. No será fácil, pues cuesta encontrar los defectos en uno mismo y tener valentía para cambiarlos.
Ante una queja es conveniente detenerse a escuchar lo que la otra persona está pidiendo. Es necesario reflexionar, si lo que dice es justo o no. Si se piensa que la queja no tiene justificación hay que refutar con argumentos, no con más críticas. Una respuesta común es ‘pero tú haces lo mismo y yo no te digo nada’.

Al respecto, Zurita dice que no todas las cosas molestarán a las otras personas de la misma manera y que probablemente el otro no se dará cuenta de que tiene una actitud similar. En estos casos se puede direccionar la conversación hacia una solución. “Una buena respuesta puede ser: ‘Entiendo que te sientes así y quisiera ver cómo podemos trabajar juntos para cambiar esta situación”, concluye el psicoterapeuta.