Perder la vergüenza en la pareja

Conforme nos acercamos al otro y nos abrimos, la confianza crece y la intimidad nos permitirá abrirnos al compañero.
La confianza se construye día a día en la pareja y requiere de compromiso y apertura.

La confianza se construye día a día en la pareja y requiere de compromiso y apertura.

6 de abril de 2021 10:09
Nancy Verdezoto

Las relaciones de pareja se cimientan sobre la confianza, el amor y el respeto mutuo. Sin embargo, al inicio de una relación, es normal que exista cierta ‘vergüenza’ frente al otro. Así, evitamos que la otra persona vea nuestros defectos y se pierda la idea de ‘perfección’, que queremos mostrar al otro.

Según Carolina Espinosa, psicóloga clínica, al inicio de una relación es normal que se trate de mostrar la mejor cara posible, estar siempre impecables, bien arreglados, siempre sonrientes; pero conforme pasa el tiempo es necesario que la relación avance hacia la construcción de una cotidianidad más relajada, cómoda e íntima.Normalmente, durante la etapa del enamoramiento, que puede durar unos seis meses, nos mostramos ‘perfectos’, bien peinados, vestidos con las mejores prendas, bien aseados, impecables en cada aspecto. La idea es agradar al otro y lograr que avance hacia la construcción de una relación formal.

Pero conforme avanza el tiempo, es normal que esta necesidad de ‘perfección’ se transforme en una sensación de comodidad, en la cual podamos sentirnos bien con la pareja al vestir ropa cómoda o sin llevar maquillaje.

“No es una cuestión de tiempo, porque hay parejas que han logrado crear cercanía e intimidad en poco tiempo. Se trata de la confianza en uno mismo, para que pueda mostrarse tal y como es sin temor a ser rechazado”, señaló Espinosa.

Sin embargo, muchas parejas enfrentan problemas a la hora de llegar a este punto de confianza completa. Estas se evidencian en comportamientos del día a día, como evitar que el otro nos escuche roncar o que al despertar sepa que tenemos aliento de dragón.
Es normal que cuando pase el tiempo, la confianza crezca y haya más desinhibición, compartiendo más momentos íntimos y perdiendo la vergüenza. Pero es allí cuando cada pareja define el límite de exhibición al que va a llegar. Hay parejas a las que no les molesta ir al baño y dejar la puerta abierta y hay otras que prefieren que se respete su espacio.

Este es un proceso y demanda de una conversación clara y profunda al respecto. “Cuando uno de los dos no se abre por completo o no se muestra cómodo con la pareja en toda situación, es necesario que ambos conversen, porque el otro puede sentir que no avanza la relación, que se ha estancado y que no tiene futuro”, manifestó la psicóloga del Centro Ansuz.

Una conversación clara permitirá comprender el lugar en el que se encuentra una relación, el nivel de compromiso que existe y las cosas que son negociables. Pero también saber que el otro no es juzgado, que no importa lo que haga, no tiene que ser perfecto siempre.

Si es una persona tímida, explique a su pareja los miedos, inseguridades y problemas a la hora de expresarse; y si por el contrario es muy extrovertida, permítase comprender al otro, entender sus puntos de vista, aceptar y respetar la forma en la que se siente frente a situaciones o escenarios.

Debemos ser empáticos con nuestra pareja y tratar de hablar abiertamente. Es importante que la comunicación sea fluida, sin tabúes ni miedos, solo así se puede generar un compromiso real; de esta manera se puede trabajar en la autoestima de la persona que es tímida y evitar a futuro dependencia emocional o desarrollar celos patológicos

Sentirse cómodos con la sexualidad

Desnudarse frente al otro puede ser una de las pruebas de fuego de una relación. Mostrarse sin nada, nos pone vulnerables, nos hace sentir que somos indefensos y que nuestra pareja podrá ver todos nuestros defectos, las cosas que tratamos de ocultar con la ropa.

Según investigaciones realizadas en España, la mayoría de los miedos sexuales son inseguridades personales que se proyectan al interactuar con el otro y aparezcan ligadas con prejuicios o creencias sociales. La consecuencia directa es la vergüenza que nos puede frenar en los momentos más placenteros con la pareja.

La seguridad en sí mismo es la clave para perder la vergüenza en la cama. Muchas mujeres se sienten incómodas al probar nuevas posiciones sexuales, porque temen que su cuerpo quede expuesto, pero es necesario entender que la pareja nos escogió por algo que va más allá de lo físico. Además, es importante ser honestos y hablar abiertamente con la pareja sobre la inexperiencia que se tenga en lo sexual.

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