Las relaciones de pareja son complejas. Dos personas distintas se acercan, se conocen e inician una relación. Al principio sin saber si existen perspectivas de un futuro, pero con la ilusión de construir una pareja.

Conforme avanza la relación y se torna seria, empieza a generarse un vínculo más fuerte, en el que ya no solo se incluyen los dos, sino que se amplía hacia terceras personas: amigos, familiares, compañeros...

El tiempo es relativo y esto puede suceder a los tres meses de conocerse y salir o a los seis... Pero si esto no llega a suceder al año, es motivo de preocupación.
Los expertos en psicología han calificado a esta actitud como ‘pocketing’, que implica que nuestra pareja nos tiene ‘en el bolsillo’. Es decir, que no nos presenta a nadie de su círculo más íntimo y prefiere acudir a todas sus reuniones sociales solo.

Esta misma situación se puede trasladar al mundo virtual. Si en las redes sociales de ella o de él no aparece nunca su pareja, es señal de alerta.
Sin embargo, se deben analizar los comportamientos del otro antes de creer que efectivamente se trata de un caso de ‘pocketing’. Por ejemplo, si no es muy activo en redes sociales o no acostumbra a subir muchas fotos o post, no se puede pretender que coloque a su pareja en sus redes.

Muchas personas prefieren evitar presentar a su pareja, porque a veces creen que no cumple con alguna exigencia de su grupo de amigos o de sus familiares. Foto: Pexels

De hecho, ahora se cree que si no está en ‘el muro’ no existe. Pero esta es una posición errada y no constituye un ocultamiento de la pareja. Se debe analizar si existen muchas señales de alerta antes de poder considerar que existe un problema.

Esta actitud, por lo general, sucede solo con una de las dos partes. Mientras el uno lo involucra en todos sus asuntos personales, el otro lo tiene ‘guardado’, se puede producir una sensación de vacío y de que no somos valorados como se espera de la persona con la que tenemos un vínculo.

Para la psicóloga y escritora del libro ‘Quiero estar bien en pareja’, Beatriz Gold­berg, existen muchas razones por las cuales una persona elige no incluir al otro en su vida social. Una de ellas es “que algunos tienen una vida diferente en cuanto a la imagen que proyectan en sus círculos íntimos a cómo se muestran con sus potenciales o parejas”.

Es decir que se debe analizar el nivel de compromiso de la otra persona. Si quiere que la relación se mantenga en el anonimato, quizás es una muestra de que no va en serio o que por el momento no se considera al otro como su compañero formal.

Antes de abordar esta situación con la pareja, los expertos llaman a hacer una reflexión previa. ¿Qué es lo que queremos realmente con esa persona? Porque no tiene sentido reclamar algo que, quizás, tampoco estemos dispuestos a dar.

Si es que queremos construir una pareja a futuro es mejor definir los parámetros de cómo funcionará la relación y definir los plazos o a profundidad al momento de avanzar. Si por otro lado, se trata solamente de una relación pasajera, no vale la pena discutir porque no se es presentado a su círculo cercano.

Antes de confrontar con la pareja por este tema, hay que pensar qué es lo que se espera del otro, para saber si están en el mismo punto. Se debe hablar para analizar los motivos detrás del ‘pocketing’ y dejar que la otra persona se explique antes de sacar conclusiones erróneas.

Si la razón está ligada al miedo al compromiso o a la inestabilidad emocional, es mejor terminar la relación.