La relación de pareja cambia con el primer hijo

Es importante mantener una buena comunicación para evitar problemas en la relación de pareja. Foto: Pixabay

Es importante mantener una buena comunicación para evitar problemas en la relación de pareja. Foto: Pixabay

28 de noviembre de 2018 12:15
Gabriela Castellanos

Las parejas enfrentan varios cambios a lo largo de la relación. La superación de los obstáculos y la capacidad de adaptarse a las nuevas realidades pueden determinar el éxito o fracaso de la convivencia. Uno de estos puntos críticos es el nacimiento del primer hijo. Desde ese momento la vida cambiará inevitablemente y para siempre, tanto para la madre como para el padre.

Es importante entender el ciclo de vida de las relaciones de pareja. La primera parte es el cortejo, un período en el que ambas personas están enfocadas en el otro, hay amor, detalles, una conexión intensa. Esta etapa dura dos años, según un estudio de la Revista Psychology Today.

Después, la pareja entra en una etapa de crecimiento, se plantean metas y sueños juntos, se proponen otros objetivos. Entre ellos puede estar el formar una familia, comprar una casa, un auto, estabilizar la relación y dar otros pasos al compromiso.

“Muchas parejas entran en conflicto cuando no pueden tener hijos o cuando van mucho tiempo juntos y no encuentran una posibilidad de crecimiento en conjunto”, señala Pablo García, psicólogo especialista en terapia de pareja y familiar.

Este acontecimiento es uno de los momentos que pone a prueba la solidez de la relación. Ambas partes deberán acoplarse a que el bebé se convierta en el centro de atención. Los primeros días después del nacimiento, el padre y la madre estarán enfocados en su nuevo hijo. Se encargarán de protegerlo y cuidarlo.

Con el paso de las semanas, la pareja empezará a sentir el cansancio por las noches largas y una tensión en la vida de pareja. No podrán dedicarse suficiente tiempo, pueden crearse distancias y aparecerán los primeros problemas. Los juegos pirotécnicos se acaban.

Incluso aquellas parejas que han pasado muchos años juntas o que han atravesado dificultades y obstáculos pueden tambalear. “Las peleas son normales, a veces uno puede sentir que no se le está dando suficiente atención. La otra persona también puede sentir que no hay suficiente ayuda o que su esposo o esposa no le entiende”, comenta el especialista.

Pero para el psicoterapeuta es importante que las parejas no le tengan miedo a tener hijos. “Son un reto, pero nunca un riesgo para una relación”. Las relaciones deben evolucionar y crecer.

Cuando nace el bebé hay un período de dos años en el que la pareja atraviesa una especie de desconexión. Este es el tiempo que toma hasta que los bebés son un poco más grandes y pueden empezar a depender menos de sus progenitores. Los futuros padres deben tomar en cuenta este tema antes del nacimiento del niño o niña y conversarlo para llegar a acuerdos. Hay un dicho que afirma que la mejor forma de ganar una guerra es evitándola y eso se aplica en las relaciones. La mejor forma de vencer una futura crisis es prepararse para ella.

La comunicación es importante, dice García. Debe existir la libertad para ambos miembros de la pareja para expresar sus sentimientos sin temor a sentirse juzgados o recriminados en cualquier momento. Es importante hablar con la otra persona y decirle qué necesita de ella: más atención, más colaboración en la casa...

Otro paso para sobrellevar este período de cambios es dedicarle tiempo a la relación. Es importante continuar construyendo y fortaleciendo el vínculo de pareja, pues este también afecta a los niños. Es ideal que crezcan en un ambiente tranquilo y feliz, con padres que hablan, escuchan y se entienden.

Se pueden programar reuniones o citas cada dos o tres semanas para concentrarse en ellos. Buscar ayuda de los abuelos o tíos también puede facilitar encontrar una o dos horas para recargar energías y fortalecer a la nueva familia.

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