Cada uno es responsable de su propio placer

Conocer qué le produce satisfacción a cada integrante de una pareja suma en la relación, para que después puedan guiarse en la intimidad.
Una comunicación asertiva en el campo sexual implica que cada uno en la pareja sepa lo que le gusta y se lo  haga saber a su compañero. Pexels.com

Una comunicación asertiva en el campo sexual implica que cada uno en la pareja sepa lo que le gusta y se lo haga saber a su compañero. Pexels.com

23 de mayo de 2022 14:30
Gabriela Balarezo

Cuando algo va mal en una relación, suele ser habitual culpar al otro del problema. Sobre todo cuando las cosas no salen bien en la cama. Por ejemplo, si tras un encuentro sexual alguna de las partes experimenta frustración o no hay satisfacción, lo común es responsabilizar a la pareja de lo sucedido.

El ‘statu quo’ todavía marca –aunque hay indicios de que el panorama está cambiando– que si una mujer no llega al orgasmo o no disfruta el encuentro sexual, la culpa es de su pareja.

Y viceversa, cuando para un hombre la relación sexual no es placentera, la falencia no la tiene él, sino quien supuestamente no consiguió complacerlo.

Rorum William Masters y Victoria Johnson, pioneros de la investigación sexual, afirmaban ya desde las últimas décadas del siglo pasado que, cuando se refiere al placer sexual, cada individuo es responsable de su propio placer.

“El placer sexual es responsabilidad de cada uno, pero se puede potenciar con la participación del otro integrante de la pareja”, explica la médico especializada en sexología Alicia Garzón.

La experta detalla también que no suena nada romántico, pero que es así. El que una persona pueda tener placer, dice, depende de lo que cada uno lleve a cabo o de su sexualidad con los órganos que van a poner en funcionamiento al momento de mantener la interacción sexual.

Por este motivo, para Garzón, “no hay posibilidad de que una persona produzca algo en el otro”. En realidad cada uno lo produce.

Para ejemplificar esta situación menciona que en el caso de un varón, él puede producir sus propias erecciones, aunque es más fácil si ve una mujer –o un hombre en el caso de una relación homosexual– que le agrada.

En este sentido “él puede impedir o facilitar la erección incluso con una persona que no es tan hábil sexualmente”. En el caso de la mujer, continúa Garzón, ella es perfectamente capaz de generar la lubricación o el orgasmo independientemente de lo que su pareja haga para provocarlo o no.

Lo que sí sucede es que pueden ayudarse y guiarse juntos. La sexóloga advierte, asimismo, que el placer es subjetivo. Incluso existen tests que se pueden hacer para evaluar cuál es la idea de placer que tiene cada persona.

“Hay mujeres que identifican el placer con los orgasmos, otras lo refieren con la lubricación, otras al sentirse deseadas o al desear...”, afirma Garzón. No puede establecerse un solo criterio para el placer, ya sea en hombres o en mujeres.

Los problemas de sexualidad por cuestiones relacionadas con la responsabilidad del placer son muy comunes en la consulta de la sexóloga Ariana Vargas.

Los afectados, que acuden a recibir asesoría, son sobre todo hombres que llegan con la creencia de que existe algo malo en ellos o que carecen de algo que les permita satisfacer a sus parejas.

Cuando se dan estos casos, considera la experta, ambas partes de la pareja pierden.
Según Vargas, cuando se habla de responsabilidad esto implica “que cada uno debe conocer su cuerpo, saber qué es lo que le gusta y lo que no”. Además de comunicarle esto a su pareja.

Aclara que hay otro tipo de responsabilidad, la afectiva que significa que “yo me preocupo por lo que la otra persona siente, piensa, quiere y necesita”.

La sexóloga cree que hay mucho que trabajar en este ámbito. Más que nada en nuestro contexto y cultura (el ecuatoriano), porque persiste la idea de que es el hombre el que tiene la responsabilidad de satisfacer sexualmente a su pareja.

Sin embargo, la mujer, insiste la especialista, sí tiene un papel totalmente activo en la relación y la comunicación sexual. 

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