Cuando una relación amorosa empieza, todo es maravilloso. La vida es dulce, siempre tenemos una sonrisa a flor de labios y nuestro corazón late a mil por hora. Simplemente nos sentimos felices.

Pero conforme avanza, suele tornarse más compleja. Poco a poco pasa a segundo plano el estado del enamoramiento para dar espacio al amor maduro, que requiere de trabajo, paciencia y dedicación.

Allí es cuando muchas veces nos enfrentamos a una parte de la realidad de la vida en pareja que no habíamos visto: posponemos los sueños personales, para dar espacio a los de la relación.

Esto no siempre es positivo, porque es olvidarse de lo que somos como seres individuales para volvernos una parte de un nuevo todo, que funciona de a dos.
“Creer que solo teniendo el control total de las acciones del otro nos aseguramos su amor y fidelidad tiene que ver con inseguridad personal. Olvidamos que la única razón que mantiene la relación es la decisión de cada uno de estar en ella”, señaló la psicóloga Daniela Vicuña.

El cumplir las metas y los sueños en la pareja debe ser el siguiente paso luego de alcanzar las metas individuales.

Cuando la relación avanza y se torna seria es momento de hablar de estas aspiraciones que tenga cada uno. Así, si uno de los dos quiere graduarse de la universidad antes de comprarse una casa para vivir juntos, no debe entenderse como que no se quiere progresar en la pareja, sino que existen prioridades individuales.

Estas deben ser analizadas y conversadas permanentemente, para evitar suposiciones o creencias erradas. La clave en esta etapa es la comunicación, para que ambos logren sus metas sin que el amor se convierta en una traba.

Lo ideal sería que los sueños personales se conviertan en parte de las aspiraciones de la pareja, para que ambos puedan compartir y disfrutar de esos sueños.

Una vez que ambos se sientan completos podrán dedicarse enteramente a cumplir los anhelos que surjan en la relación.

Para muchos será conocer el mundo, comprarse una casa, adoptar una mascota, ser los mejores tíos posibles y otras opciones. Pero lo fundamental es que ambos sean felices con las decisiones que tomen y que tengan tiempo para disfrutar de su individualidad. “Solo el compromiso responsable de cada uno mantiene la relación, motivados por el amor que sienten hacia la otra persona. La pareja que se permite disfrutar los espacios propios se da la oportunidad de seguir enriqueciendo la relación con el aporte individual y de renovar su elección todos los días”, señaló Vicuña.