Wasi Pani: un refugio para víctimas de violencia intrafamiliar
Wasi Pani: un refugio para víctimas de violencia intrafamiliar
Arutam Bosco para Revista Familia (I)
“Me cogió, me apuntó con la carabina. Cerré los ojos y cuando salió el tiro yo ya estaba en el suelo. No pudo matarme porque alcancé a esquivarme”. Este es el testimonio de Carmen P. (nombre protegido), quien estuvo a punto de ser asesinada por su esposo. Ahora vive junto a sus 4 hijos en la casa de acogida Wasi Pani y lucha para superar los maltratos que vivió durante 13 años.
Wasi Pani (mujeres fuertes, en español) ayuda a mujeres quienes huyeron de sus hogares junto a sus hijos porque sus vidas corrían peligro. Todas han sido víctimas de violencia de género por parte de sus esposos. Han tenido que enfrentar episodios de violencia física, psicológica y sexual. La idea de un mejor futuro para ellas y para sus hijos las ha motivado a buscar ayuda.
Muchas de las víctimas de violencia no tienen independencia económica. Esto les dificulta enfrentarse a sus maridos quedando así en un estado de indefensión. Patricia Shiwan sufrió agresiones de su esposo y ahora es una de las facilitadoras de la casa.
“Nosotros cuando nos pegaba el marido salíamos al monte a escondernos, con lluvia o sin lluvia nos quedábamos ahí del miedo que él nos vuelva a pegar, no podíamos acercarnos porque era bien agresivo”, indica.
Según Marlene Cabrera, Coordinadora del Comité Provincial por los de Derechos Humanos de las Mujeres de Napo, 7 de cada 10 mujeres de esta provincia han sufrido algún tipo de violencia y 1 de cada 4 han sufrido violencia sexual.
La coordinadora considera que este es un problema arraigado en la cultura. “La naturalización de la violencia está dada desde un mismo hecho de que las mujeres y los hombres tenemos comportamientos diferentes. A las mujeres nos han enseñado a ser sumisas ante el rol que tienen los hombres”, explica.
Incluso asegura que muchas veces esta formación la recibimos en los espacios académicos a una edad temprana. “Cuando son niñas les dicen que tienen que aprender a cocinar, a planchar, que deben aprender a hacer las tareas del hogar porque mañana se van a casar y pueda ser que los maridos las maltraten por no saber hacer estas cosas”, puntualiza.
Actualmente Wasi Pani acoge a 5 niños y 5 mujeres, 3 de ellas son menores de edad y una está embarazada. Dentro se hacen actividades cotidianas y de recreación para garantizar el pleno desarrollo de los menores. Ellos también tienen la oportunidad de acceder a la educación.
El edificio donde viven tiene espacios para que los niños hagan sus tareas escolares, una cocina, una sala multiusos, un lugar para lavar la ropa, una oficina y habitaciones.
La creación de Wasi Pani
Esto proyecto nació en el 2018 con la iniciativa que tuvieron algunas mujeres de la localidad y con el apoyo de otras casas de acogidas ya existentes en el país, pero principalmente fue impulsado por la fundación franco ecuatoriana Patou Solidarité. Myriam Vieillard es la directora ejecutiva de esta fundación.
El arriendo del edificio y la alimentación de las personas que habitan en Wasi Pani es financiado por el Gobierno Provincial de Napo. El lugar cuenta con espacio para actividades de integración.
“La ONG Patou tiene dos oficinas, una en Francia y una en Ecuador. La de Francia es para ayudar con la búsqueda de fondos. Y aquí en Ecuador es más el equipo que hace las acciones, que está en el terreno” explica Yleanna Robert, encargada de la comunicación de la casa de acogida.
La seguridad
El refugio trabaja en coordinación con las instituciones de justicia y la policía nacional para precautelar la seguridad de las mujeres. La ubicación permanece en anonimato para evitar que los antiguos agresores localicen el lugar.
“Los agresores, generalmente lo que quieren hacer es, a través de sus hijos, intentar dar con sus madres”, explica Aleida Alvarado, la Coordinadora general de la casa. Para evitar que lo logren, la policía hace tres recorridos diarios por el sitio.
Myriam Vieillard asegura que las mujeres tendrán apoyo legal durante todo el proceso para que puedan ser escuchadas. “La justicia debe reconocer que hay un agresor y que esas víctimas y sus hijos deben ser protegidas”, señala.
La casa busca expandirse
El 13 de abril se celebrará el primer aniversario de Wasi Pani y para eso han organizado 2 eventos con los que buscarán recaudar fondos para ayudar a los beneficiarios.
El primero se trata de un Baile Solidario que tendrá lugar en la Casa Bonucheli mientras que el otro será una Carrera Solidaria que recorrerá 10 kilómetros de la ciudad del Tena.
Aleida Alvarado comenta que en la casa se sienten satisfechos por todo lo logrado y ahora buscarán alcanzar nuevas metas. “Estamos muy contentos, pero no queremos conformarnos, queremos un espacio propio y más amplio donde poder atender y brindar este servicio ampliamente a las mujeres de la provincia y el país”, añade.
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