El ejemplo de amabilidad nace del adulto
El ejemplo de amabilidad nace del adulto
Es común ver que los padres y madres que se preocupan por el desarrollo cognitivo de los niños incentivan el aprendizaje, de letras o números y más adelante la lectoescritura, por ejemplo. Pero en la actualidad hay una tendencia a prestar especial atención al área emocional.
En esta línea, de educación basada en las emociones, y de promover valores en los niños, Aurora Díaz publicó el libro ‘El Corazón de mi Abuela’. El cuento funciona como una herramienta para promover la amabilidad en los más pequeños de la casa.
Díaz, además de mamá y emprendedora, está certificada y es ‘partner’ oficial en Ecuador del Modelo Piramidal de habilidades socioemocionales. Ella y su socia, la educadora María Isabel Pérez, dan charlas en escuelas y guarderías sobre el tema socioemocional.
Gracias a estas experiencias, dice Díaz, se han podido dar cuenta de que “siempre, pero principalmente después de la pandemia, este tema se ha hecho muy necesario en el ámbito familiar y estudiantil”.
El origen del libro
A raíz de estas primeras charlas empezaron a desarrollar otras centradas en la prevención del ‘bullying’, pero a través de una perspectiva en positivo. Aquí es donde entran en juego la amabilidad y la empatía. Según la experta, son habilidades socioemocionales que los niños aprenden por el ejemplo, por las interacciones de sus cuidadores.
Estos valores o habilidades se fomentan desde la primera infancia, dice Díaz. Desde la Asociación Mundial de Educadores Infantiles, explican que “la amabilidad no nace con el niño, este es impulsivo por naturaleza, y a ser amable y cortés se aprende en las más diversas actividades de la vida cotidiana y las actividades pedagógicas en el aula infantil”. El libro que creó Díaz es una herramienta educativa con la que cuentan los padres y los docentes para llevar el mensaje de la amabilidad a los niños.
Nace de una historia personal de Díaz con su abuela que, como ella, se llama Aurora. Además de heredarle el nombre, su abuela le transmitió el legado de ser amables, compasivos y humildes con las personas que le rodean.
El cuento, detalla su autora, es la oportunidad para que los cuidadores abran la conversación sobre lo que significa ser amable y cómo los niños (y todos en general) pueden serlo con quienes les rodean. La idea es que los pequeños interioricen este concepto y que lo vayan desarrollando a lo largo de la vida, a través de la práctica.
Por esta razón, más allá de la historia, el libro incluye retos y actividades. Como complemento, Díaz y su socia ofrecen charlas. Todo junto se convierte en una campaña que tiene el objetivo de poner en valor el poder de la amabilidad.
Predicar con el ejemplo
Según la AECE, una de las vías más importantes para que los niños aprendan a ser amables y corteses implica al juego de roles. De esta forma se pueden modelar situaciones que incluyen la aplicación de estas habilidades. Sin embargo, y concordando con lo que expresa Díaz, nada sustituye el ejemplo de los adultos.
El cuento, entonces, es también una oportunidad que tienen los padres y educadores para replantear sus habilidades socioemocionales, entre ellas la amabilidad. Esta suerte de campaña que emprende la especialista encaja con esta tendencia de una educación y crianza más consciente.
El cambio de mentalidad en lo que se refiere a la forma en la que se educa a los niños es una realidad, aunque avanza poco a poco, según Díaz. La importancia recae en que se conoce de sobra que la parte socioemocional es clave para el aprendizaje cognitivo.
Si no existe disposición emocional, el conocimiento no se queda grabado. Así, en lugar de que el énfasis esté en el miedo y la obediencia, debe estar en el amor y la conexión.
De la teoría a la práctica
Una opción que incluye Díaz en su libro es un calendario de actos amables, para que los niños entiendan el concepto a través de las experiencias diarias. También hay una actividad que hace énfasis en el poder de las palabras.
Según la asesora y mentora de familias (autora del libro ‘Relájate y educa’) Amaya de Miguel, para dar el mejor ejemplo debe existir compromiso para tratar a sus hijos según los valores que predican y que son importantes para ellos.
Una herramienta muy poderosa para fomentar este valor y conseguir que los niños interioricen ciertas cosas es el juego. Esto sumado al tiempo de conexión en familia, según De Miguel, puede resultar muy exitoso.
El árbol de la amabilidad es otra actividad que Díaz hace con sus hijos cada noche. Se trata de colorear un corazón del árbol dibujado por cada acto realizado. No es un premio, es una celebración de ese acto motivado desde el interior.
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