¿Ser amiga de los hijos?

El vínculo con la madre es clave en el desarrollo de los hijos. El balance es necesario por su bienestar.
El balance apropiado, según los especialistas, es poder aconsejar como amiga sin perder de vista los límites. Foto: Pixabay.

El balance apropiado, según los especialistas, es poder aconsejar como amiga sin perder de vista los límites. Foto: Pixabay.

11 de mayo de 2018 17:23
Nancy Verdezoto

‘Conforme crecen los hijos, los problemas también lo hacen’. Esta es una frase que ejemplifica lo complicado que puede resultar la crianza, cuando los niños se convierten en adolescentes.

Es entonces cuando las madres entran en la disyuntiva de si actuar como amigas de sus hijos o convertirse en la figura de autoridad en el hogar. Ese es un debate que tal vez no tenga una sola respuesta, porque existen algunas consideraciones que se deben analizar antes. 


Como madres, la relación que existe con los hijos es muy fuerte. Los lazos que se han construido desde que estaban en el vientre materno hacen que exista una conexión única con sus pequeños.


Por ello, las mamás se sienten cómplices y amigas de sus hijos. No obstante, cuando llegan a cierta edad, la relación tiende a convertirse en tirante y es momento de ser más autoridad que amiga. Esto no significa que se rompa la confianza construida o que se cambien los papeles de inmediato: un día soy tu amiga y al otro tu mamá. 


De hecho es lo contrario, los adolescentes deben tener cercanía con sus padres, no necesariamente física, pero sí de emociones. Es decir, que los chicos sean capaces de contarles todo a sus papás, para que no se dejen llevar por malos hábitos. Quien sea capaz de aconsejar desde la amistad, pero también poner límites y corregir, será la mejor mamá posible.


Esto implica que mamá se haya encargado de guiar desde pequeños y de generar confianza, para que cuando sean adolescentes les den las claves de sus dispositivos móviles o de sus redes sociales y, cuando ya sean jóvenes adultos, exista tal nivel de madurez que no sea necesario pedir ninguna contraseña, explicó María Dolores Brito, catedrática de la Universidad San Francisco de Quito.


En la formación de los hijos se debe tener un balance, no se puede ser buena madre sin ser buena amiga; pero tampoco se puede ser una madre completa si no se establecen con claridad los roles con los hijos. Cuando crezcan, agradecerán haber tenido una mamá que los apoyó y que los guió. 

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