¿Cómo fomentar un apego seguro?

Los niños necesitan afecto, responsabilidades y rutinas para tener seguridad en sí mismos
El afecto es la base para el desarrollo integral de los niños y niñas. Fortalecer la independencia no significa eliminar las muestras de cariño. Foto: Pexels

El afecto es la base para el desarrollo integral de los niños y niñas. Fortalecer la independencia no significa eliminar las muestras de cariño. Foto: Pexels

13 de noviembre de 2018 18:25
Gabriela Castellanos

Uno de los papeles más importantes que tienen los padres es fomentar la autoestima en sus hijos para crear seres independientes y seguros de sí mismos. Pero en ocasiones esto se confunde con el abandono emocional y se puede generar una dependencia perjudicial.

Según la psicóloga clínica Ana Julia Lascano, del Centro Mega de Psicología, el apego inseguro se produce cuando “no se ha logrado un desarrollo emocional positivo de forma adecuada”. Como resultado, se pueden ver pequeños con baja autoestima, que buscan aprobación constante de todo lo que hacen, buscan ayuda para hacer cualquier tipo de tarea, se frustran fácilmente y evitan intentar cosas nuevas por miedo al fracaso. También puede presentarse aislamiento, agresividad y problemas para relacionarse con sus pares.

Por otro lado, el apego seguro es la forma de relación más sana entre padres e hijos. En esta convivencia no falta el afecto y los niños aprenden a enfrentar los retos de la vida solos. Además, saben que sus cuidadores estarán ahí para ellos, cuando los necesiten.

Los especialistas pueden notar algunas señales de dependencia emocional cuando los chicos llegan a las consultas. Un ejemplo de ello es la falta de reglas claras y límites. “Tampoco tienen rutinas o no reciben responsabilidades en casa”, agrega Lascano.

Las recomendaciones para fomentar un apego seguro comienzan por satisfacer las necesidades afectivas de cada hijo e hija. También se debe elogiar el esfuerzo y estimular el desarrollo. “Cuando se porta mal, los padres dicen ‘eres un niño malo’. Se debe juzgar el acto y no a la persona y debemos motivar a los chicos para que no lo vuelvan a hacer. Siempre asegurándoles que cuentan con el apoyo y el amor de sus progenitores”, apunta la especialista.

Generalmente, los problemas derivados de la falta de confianza en uno mismo se identifican cuando los niños empiezan la etapa escolar. Las instituciones educativas empiezan a notar problemas de conducta o con figuras de autoridad. Hoy en día, la alerta se puede tener tan temprano como a los 2 años, debido al ingreso a las aulas desde muy temprana edad.

Cuando los profesores identifican estos problemas y acuden a los padres, se puede trabajar en una nueva dinámica familiar que fortalezca la independencia y la seguridad de los hijos, pero es necesario que mamá y papá estén dispuestos a reconocer sus errores y aceptar cambios.

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