Aprenda a controlar la ansiedad por separación en los niños

Según la edad en la que se encuentren, los niños pueden experimentar ansiedad al estar lejos de su núcleo familiar. Hay opciones para ayudarlos a adaptarse.
Los niños y adolescentes necesitan apoyo emocional de sus padres y otros adultos.

Los niños y adolescentes necesitan apoyo emocional de sus padres y otros adultos.

5 de agosto de 2020 18:45
Gabriela Castellanos

Normalmente los bebés menores de seis meses no tienen problema en acostumbrarse a estar con otras personas además de sus padres. Para ellos lo más importante es sentirse seguros y que se cumplan sus necesidades básicas.

Entre los cuatro y los siete meses de edad los bebés aprenden sobre la permanencia y saben que si no ven a mamá o a papá significa que se han ido. Al no entender el concepto de tiempo, no pueden saber que volverán así que se pueden molestar por su ausencia. Esto se extiende hasta los dos años, un período en el que los niños empiezan a desarrollar ansiedad por separación, así se trate de un breve momento.

La ansiedad por separación puede durar unas semanas, algunos meses e incluso varios años. Los niños pueden manifestar este malestar con llanto, berrinches y pidiendo a los padres que no se vayan. Además, según Kids Health, los pequeños saben el efecto que esto tiene en los padres, por lo que si el niño empieza a mostrar este tipo de comportamiento y el padre cede, es más probable que los hijos lo vuelvan a hacer para evitar la separación.

Esto puede calmar el malestar de forma temporal, pero no resuelve el problema en sí. Hay algunas cosas que se pueden hacer para ayudar a los niños a atravesar estos momentos difíciles. Lo primero es considerar el tiempo y el desarrollo de los bebés. Una primera recomendación es evitar iniciar un programa de cuidado infantil cuando los niños están entre los ocho meses y 1 año. Tampoco se debe salir y dejar a un niño cuando está cansado, hambriento o inquieto. Una buena opción es hacerlo después de las siestas y después de las comidas.

Otra opción es practicar. Hay que probar estando tiempo separados y también presentarle personas diferentes poco a poco. La idea es que los niños aprendan a reconocerlos y se familiaricen con ellos y se acostumbren a su presencia y a no estar siempre con sus padres.

Hay que mantener la calma y ser consistente. Se recomienda establecer una rutina de salida en la que los padres se despiden de sus hijos de forma agradable y amorosa. Deben mostrarse calmados y seguros y explicarles que volverán pronto. Para ello, los especialistas consideran que es mejor hacerlo en términos que los chicos puedan entender como después del almuerzo o antes de la cena. Pero lo más importante es cumplir lo que se ofrece. Si el niño detecta que no hay consistencias puede sentirse más ansioso.

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