EL bullying puede dejar Secuelas en la adultez

Los efectos del acoso escolar a largo plazo, cuando el niño crece, dependen de varios factores, entre ellos el temperamento y si se trató el problema oportunamente.
La afectación va a depender de la etapa en la que se dio el acoso. Foto: Pexels

La afectación va a depender de la etapa en la que se dio el acoso. Foto: Pexels

27 de junio de 2022 08:00
Gabriela Balarezo

El acoso escolar, además de los efectos que produce en el momento en el que el niño o adolescente lo sufre, puede tener un gran impacto en la vida adulta.

Cuando crece el niño que ha sido víctima de este tipo de maltrato, las consecuencias pueden adquirir la forma de un trastorno. Es fundamental entender las razones detrás de la afectación para poder encontrar soluciones.

Erica Rittner, psicóloga infantil especialista en prevención del acoso escolar, precisa que si bien el bullying puede influir en que una persona desarrolle cierto trastorno en la adultez -como ansiedad, depresión o problemas de autoestima- no lo determina. “Depende de la personalidad de cada uno”, detalla.

Para entender los efectos que puede tener este tipo de maltrato a largo plazo hay ciertos conceptos importantes que se deben tener en cuenta, según la especialista. Lo primero es saber que existen dos tipos de ansiedad: la de estado y la de rasgo. La primera es adaptativa y se presenta cuando sucede la situación problemática o
de estrés; en este caso, los episodios de bullying. Cuando se termina la situación, esta ansiedad desaparece.

Mientras que la ansiedad de rasgo es patológica y no se va cuando se acaba la situación estresante. En este caso, los incidentes de acoso escolar la reafirman y es más probable que se extienda hasta la vida adulta.

Rittner aclara, asimismo, que el hecho de que las consecuencias se observen o no en la adultez depende de la edad a la que se produjo el bullying. No es lo mismo que se dé en la niñez, que durante la adolescencia, cuando suceden los procesos de formación de las identificaciones.

Por otra parte, Wilson Betancourt, psicólogo clínico terapeuta de esquemas y especialista en trauma, explica que las experiencias que viven los niños y adolescentes van a determinar si tienen una personalidad sana o tóxica cuando sean mayores. Esto porque, según explica, “el cerebro organiza la información en algo que se conoce como esquemas mentales, que tienen una base neurológica”.

Allí, en estos circuitos de neuronas que son los esquemas, se va guardando la información de lo que los niños van experimentando y constituye la base de la personalidad del individuo, afirma Betancourt. “Esta información se guarda de tal manera que luego es difícil modificarla”, señala el experto. Y añade que una experiencia traumática como es el acoso escolar puede repercutir para toda la vida.

Cuánto le afecte en la adultez va a depender de factores complejos, como el temperamento, puntualiza Betancourt. Variables como el ambiente, adicional al entorno escolar en el que vive el niño, influyen de igual manera. Si fuera de la escuela sufre maltratos también, es decir en el hogar, las consecuencias serán peores.

Lo ideal, de acuerdo con ambos especialistas, es buscar ayuda psicológica oportuna; o sea, cuando se identifica que se está produciendo el ‘bullying’. De lo contrario, algunos de los efectos pueden ser desde ansiedad y depresión, hasta trastornos de la personalidad y estrés postraumático. 

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