En los últimos años, los centros infantiles y escuelas han empezado a implementar procesos de adaptación que respetan las circunstancias de cada niño. Al punto que, incluso, hay lugares que destinan un sitio espacial para que los padres puedan trabajar durante este periodo de transición.

El tiempo que dure este proceso depende de cada niño y su contexto. En promedio, y por lo general, puede durar una semana. Pero sí hay casos en los que se extiende por más días e incluso un mes. La mayoría de los veces la transición ocurre con la presencia de los padres en el nuevo espacio.

Aunque esto puede —en apariencia— funcionar para los niños es algo que ayuda más a los progenitores que a los pequeños en sí. Un proceso de adaptación respetuoso no siempre implica la presencia constante de los progenitores, asegura la psicopedagoga y fundadora del centro de aprendizaje Quilikids, Tatiana Veloz.

De hecho, esto podría ser contraproducente porque puede darles la idea errónea de que papá o mamá van a quedarse también en ese nuevo espacio. A continuación cinco consejos que da la experta para facilitar este proceso de adaptación:

1. Es importante que los padres conozcan el espacio y la metodología del centro infantil y que se alineen a eso. Deben estar confiados y tranquilos de que el lugar en el que van a dejar a sus hijos es el mejor, porque eso le van a transmitir a sus pequeños.

2. En el mismo sentido es fundamental recordar que lo que siente el adulto, lo siente el niño. Cuando un padre va a dejar a su hijo en la mañana el pequeño tiene que tener claro que se debe quedar en ese nuevo lugar porque, en primera instancia, es el mismo padre el que se siente seguro y tranquilo y modela ese comportamiento para su hijo.

3. La tranquilidad de papá o mamá viene de la confianza que tiene en los otros adultos que se quedan a cargo de su hijo. Y también de la confianza en su propio hijo en que tienen las habilidades para adaptarse y desenvolverse sin problema en un espacio nuevo.

4. Cuando hay claridad, confianza, reglas claras y un acompañamiento afectivo incondicional por parte del personal del centro infantil el proceso de adaptación puede durar menos.

5. Es importante también respetar lo que el niño siente. Si quiere llorar lo que debe hacer el adulto es acompañar sin palabras y sin distraer. Al intentar cortar el llanto o cualquier otra manifestación emocional no se está respetando la expresión de sentimientos del niño. El papel del adulto, en este caso los profesores, es acompañar en silencio para que el niño sepa que no está solo en ese proceso. F