Cinco recomendaciones ante un  cambio de escuela 

Los motivos del traslado a otra institución y la edad del estudiante influyen en el proceso de adaptación al nuevo lugar. Los padres deben aportar confianza y seguridad. 
El acompañamiento emocional de los padres en el proceso de cambio implica darle seguridad a su hijo. Foto: Freepik

El acompañamiento emocional de los padres en el proceso de cambio implica darle seguridad a su hijo. Foto: Freepik

18 de agosto de 2022 17:56
Gabriela Balarezo

El cambio de centro educativo afecta de diferentes maneras a los estudiantes según la edad que tengan y también dependiendo de las razones que motivan el traslado.

Mónica Morla, neuropsicóloga especializada en educación, explica que en el caso de los niños más pequeños muchos preescolares hacen una especie de presentación previa del área en la que se va a desarrollar el año lectivo.

Los niños a estas edades, entre 2 y 5 años aproximadamente, necesitan visualizar y experimentar físicamente en forma concreta el nuevo ambiente que los va a acoger, menciona la especialista. Así es necesario que desde el centro educativo exista la apertura para que puedan conocerlo y recorrerlo previo al inicio de las clases.

De igual forma, Morla indica que en esos rangos de edades puede ayudar a acompañar adecuadamente el cambio el que exista un cierre o una despedida en el centro infantil que deja atrás el niño. La transición se completa con un proceso de bienvenida en el nuevo lugar. Esto aplica, sobre todo, para los pequeños que pasan de una guardería, por ejemplo, a una escuela y que, además del cambio, inician una nueva etapa escolar.

“Es importante que los niños no lo vean como algo que es muy difícil de lograr, si no como qué lindo que es crecer”, asegura la neuropsicóloga. Si están motivados reaccionarán de mejor manera al cambio.

Con alumnos más grandes

En el caso de los chicos más grandes hay aspectos a tener en cuenta según las especialistas:

1. La correcta comunicación del proceso que va a darse. Esto incluye que el niño o adolescente tenga muy claras las razones por las que los padres decidieron finalmente cambiarlo de escuela o colegio.

2. Como en los más pequeños, debe existir suficiente motivación. A eso se suman la adecuada gestión de las emociones que van a sentir con el traslado de centro educativo y el facilitar un tiempo de observación posterior al proceso. Esto significa dar al estudiante el espacio y el tiempo, con flexibilidad, para acoplarse a sus nuevas circunstancias.

3. El cambio de colegio puede afectar de variadas formas a las emociones, detalla Cristina Fajardo, psicóloga infantil y de adolescentes. El grado o el tipo de afectación va a depender, asimismo, de los motivos del traslado.

Cuando el cambio se da en base a alguna necesidad de los padres o porque hay inconformidad con la institución, los niños o adolescentes suelen sentirse obligados a acatar la decisión y tienden a tener una sensación de desapego o incertidumbre, dice la experta.

4. Por otro lado, están los cambios que ocurren por petición del estudiante. Porque a él o ella no le gusta el lugar o porque, en algunos casos, sufre de ‘bullying’ o acoso escolar. Gran parte de los casos que acuden la consulta de Fajardo para gestionar la adaptación a la nueva institución ocurren por este motivo.

5. De forma similar, están los traslados que ocurren por cambio de ciudad de toda la familia o por migración. En cualquiera de estas tres situaciones, al parecer de la psicóloga, es fundamental que los padres implementen un correcto acompañamiento emocional, que tenga en cuenta la realidad y las necesidades de los chicos.

Fajardo coincide con Morla, al afirmar que la fortaleza y la seguridad de papá y mamá en el acompañamiento del proceso incide en el éxito de sus hijos para acoplarse al nuevo entorno. También, destaca Fajardo, la importancia de la comunicación.

“Los padres deben estar atentos al momento en que los chicos tengan la necesidad de hablar, pedir o incluso reclamar”, expresa. No hay que verlo como un acto de rebeldía, al contrario lo óptimo es transmitirles la confianza de que siempre pueden hablar cuando lo necesiten. F


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