Ser madres es una experiencia maravillosa y a diferencia de lo que se cree, lograr un embarazo viable no es tan sencillo. Sobre todo, si se considera que de 100 mil espermatozoides que se liberan durante el proceso de concepción, tan solo uno podrá fecundar al óvulo.

Una vez que comienza el proceso de fecundación, el sistema circulatorio del feto empezará a funcionar apenas 16 días después de la fecundación. Y a las 10 semanas ya tendrá movimiento y se lo podrá sentir, al principio como una pequeña cosquilla y poco a poco será más notorio, porque el bebé seguirá creciendo.

Dentro del útero, que puede expandirse hasta 500 veces de su tamaño original, los bebés hacen muchas cosas, desde chuparse el dedo, tener hipo, bostezar e incluso soñar.
Una vez que nace el bebé, él dependerá tanto de su madre que emitirá feromonas. Esto generará un enamoramiento entre madre e hijo que garantizará que el bebé esté protegido siempre.

Las pruebas de embarazo pueden detectar la hormona gonadotropina coriónica humana, que se produce cuando existe un embarazo.

Por ello, las hormonas del embarazo provocarán una reacción increíble: cuando un bebé llora la mujer producirá leche, como una respuesta biológica a las necesidades de su hijo de alimentación.

Desde el momento en que nace un niño, las tareas de mamá no se terminarán nunca. Paras muestra un ejemplo: las madres prestan atención a su bebé unas 210 veces por día, para alimentarles, cambiarles y cuidarles tanto como sea necesario. Así, ellas lavarán cada año unas 5000 prendas ropa, que equivale a unas 330 lavadoras llenas al tope.

Cuando una mujer está embarazada hay muchos mitos sobre la maternidad, desde formas para predecir el sexo del bebé hasta lo que las mujeres deben o no hacer durante esta etapa. (https://www.revistafamilia.ec/pages/mitos-verdades-embarazo.html) Pero lo importante es comprender que cada mujer es diferente y que la forma en la que se viven los embarazos también lo son.

A escala mundial se calcula que hay unos 2 000 millones de madres. De ellas, el 81% son mujeres entre 40 y 44 años y el 90% de esas mujeres fueron madres en 1980.
En las generaciones anteriores la tasa de fecundidad era más alta y el promedio de hijos por cada una era de 4 hijos, pero ahora esto se redujo a dos niños. Si consideramos que la probabilidad de que una mujer tenga gemelos es de 1 sobre 32 y de que sean trillizos es de 1 sobre 532, la población iré reduciendo su velocidad de crecimiento paulatinamente.

En Ecuador, la mayoría de madres está entre los 25 y 34 años de edad.

Este cambio se debe no solo a las aspiraciones profesionales y de crecimiento de las mujeres, sino también a las condiciones socioeconómicas que existen en el mundo. Si a esto le sumamos las complicaciones que se pueden tener durante un embarazo, muchas mujeres prefieren posponer la maternidad o simplemente no hacerlo.

En los primeros meses de gestación no solo se producen los famosos estragos, que no son más que una reacción del organismo de la madre a la presencia de un cuerpo extraño en él, sino también que hay cambios en los órganos y huesos de la mujer. Debido a la liberación de una hormona llamada relaxina, las articulaciones se suavizan para que las caderas y la pelvis puedan abrirse para el parto. Por ello, los cuidados deben ser mayores.

Ser madre es una decisión que cambiará la vida de una mujer para siempre. Todos los cambios por los que atraviesan se verán recompensados con el amor infinito que sienten por sus hijos.

Celebremos a mamá como se lo merece. Ellas han dado todo por nosotros, se merecen todo nuestro respeto y amor.

¡Feliz día mamá!

Aquí te contamos más sobre la ciencia de la maternidad. No te pierdas este especial. https://www.revistafamilia.ec/pages/quimica-amor-mama.html