Cómo desarrollar la motricidad fina y gruesa en niños

Desde el nacimiento, los bebés deben fortalecer su sistema nervioso para que los músculos se fortalezcan
La motricidad se debe desarrollar desde el nacimiento.

La motricidad se debe desarrollar desde el nacimiento.

8 de marzo de 2021 17:25
Nancy Verdezoto

La motricidad es la facultad que permite a los niños moverse y articular las partes de su cuerpo. Esta se desarrolla en el sistema nervioso central y tiene un impacto directo en su personalidad.

La motricidad se divide en gruesa y fina. La motricidad gruesa es la que se desarrolla desde los primeros meses de vida y facilita actividades como gatear, sentarse, girar y arrastrarse; además, permite mantener el equilibrio, adquirir agilidad y fuerza en el desarrollo de sus movimientos, para cuando empiezan a caminar.

En cambio, la motricidad fina tiene que ver con el desarrollo de habilidades con las manos y los dedos. Esto implica que los niños puedan rasgar, cortar, pintar y hasta escribir, lo que demanda una mayor precisión y control de estos movimientos.

La coordinación fina (músculo de la mano) es fundamental que se desarrolle antes del aprendizaje de la lecto-escritura, si analizamos que la escritura requiere de una coordinación y entrenamiento motriz de las manos en complejidad, para lograr el dominio y destreza de los músculos finos de dedos y manos. La motricidad fina requiere de un proceso de estimulación para que se forme correctamente.

Durante cada edad del bebé, la motricidad gruesa debe ir en aumento y para ello se necesita estimulación, se requiere de un proceso constante. Los padres son el soporte fundamental en este desarrollo. Tanto la motricidad fina como la gruesa permiten que los niños puedan convertirse en adultos completos.

El éxito académico de un niño es directamente proporcional a un buen desarrollo de sus funciones ejecutivas. Un déficit en estas funciones ejecutivas en el proceso de aprendizaje ocasiona también problemas de desorganización, dificultad de terminar trabajos, dificultad para recordar o memorizar datos, para escribir reportes, recordar lecturas y controlar sus emociones.

El desarrollo

Desde el nacimiento, los bebés deben fortalecer la zona del cuello y de la espalda.
De 0 a 6 meses se debe acostar al niño boca abajo en la cama, hacer que mueva la cabeza con estímulos sonoros o visuales y que trate de levantarse.

De 1 a 2 años. Se puede colocar un taburete pequeño, un diccionario voluminoso, etc. y mostrar cómo subirse primero con un pie y luego el otro.

De 3 a 4 años. De pie con el niño en un área despejada, lanzar un globo y pedirle a que él lo agarre y lo lance nuevamente al aire para seguir jugando.

De 3 a 5 años. Adherir plastilina por caminos marcados o sobreponerlos a presión. Utilizar pinceles o plumones para poder pintar cosas.

De 5 a 7 años. Darle al chico una cuchara y ponerle un limón en esta, pedirle que se la ponga en la boca y comience a caminar a un lugar específico.

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