Todos los dulces ya sean chupetes, chocolates, caramelos, chicles y más son una parte importante en la infancia de todos los niños. El problema está cuando el consumo de estos se vuelve un hábito o un estilo de vida. Los dulces no están del todo mal, siempre y cuando estén adecuadamente manejados.

Francisca Cifuentes, especialista en nutrición y sobrepeso, afirma que el azúcar sí es necesaria como fuente de energía. Ella aconseja a los padres a buscar e incrementar un azúcar que tenga valor nutricional en sus hijos, por ejemplo, el que proviene de la fructosa, la panela, la miel de abeja, la miel de maple, entre otros. Esto no quiere decir que se debe prohibir el azúcar simple (de los dulces) pero sí permitirlo de manera dosificada y no con tanta frecuencia.

Minimizar el consumo de dulces en los niños es la solución que expone la endodoncista Sindy Acosta. Ella asegura que los más pequeños no tienen una buena higiene oral, por lo tanto, es muy probable que padezcan de algún problema de salud bucal posteriormente. Es mejor no permitir que los chicos los coman todos los días.
No solo afectan a los dientes, sino que también pueden provocar diabetes.

Se recomienda consentir a los niños con dulces o golosinas esporádicamente. En el día a día, se puede complementar la dieta con alimentos que contengan azúcar como la leche con chocolate, el yogur con fruta y galletas de avena.