En los últimos años los padres se están volviendo cada vez más conscientes sobre las implicaciones que tiene el exceso de regalos en esta época navideña. Aunque detrás de los presentes que se entregan a los niños existen buenas intenciones, es necesario considerar el efecto que una avalancha de los mismos puede tener en los más pequeños de casa.

Karla Saltos, neuropsicóloga experta en crianza, explica que esta época ya de por sí es un tiempo complicado para los niños en el que abundan los estímulos, en el que hay más movimiento y desfases en sus horarios. A lo que se suma la espera por los regalos que les generan ansiedad.

Asimismo, el recibir un obsequio tras otro hace que se pierda la conexión y el vínculo afectivo con el familiar o amigo cercano que hace el presente y que hizo todo lo posible para encontrar algo que le guste, señala Saltos. “Llega al punto que el niño después de abrir todos esos regalos, primero no se siente satisfecho, tampoco se siente feliz y percibe como que no le dieron nada porque como fue un estímulo tras otro, no se pudo deleitar con cada uno”.

Según María Ángela Chirinos, psicóloga especializada en crianza positiva, el síndrome del niño hiperregalado describe muy bien lo que está sucediendo actualmente: pequeños que en un período corto reciben una gran cantidad de obsequios. Esto que en apariencia puede parecer inocente tiene una gran repercusión. “Todo en la infancia tiene una marca importante”, advierte la experta.

Si los padres y familiares exageran con los presentes, menciona Chirinos, se entorpece el desarrollo infantil. Los efectos son variados. El hecho de abrir tantos regalos merma la imaginación y genera una sensación en los niños que hace que no valoren realmente lo que reciben o que crean que van a obtener siempre todo lo que quieren. Esto afecta a la base de cómo van a ser al convertirse en adultos.

La neuropsicóloga Saltos aboga para que la Navidad sea una oportunidad para resaltar mucho más la parte afectiva, aunque tampoco se trata de dejar de lado la parte consumista porque vivimos en una sociedad así. Chirinos sugiere dividir las entregas, por ejemplo, unas para Nochebuena y otras para el Día de Reyes. La idea también es que los obsequios se puedan usar con la familia.

CONSEJOS

Regla de los 4. La neuropsicóloga Saltos recomienda aplicar la regla de los cuatro regalos y socializar esto con los parientes: algo para vestir, algo para leer, algo que realmente deseen y algo que necesiten.

Gratitud. A la par de escoger presentes que de verdad sean de los intereses de los niños, se puede también enseñarles a desprenderse. Padres e hijos pueden escoger juntos juguetes para donar a otros niños.

Estar presentes. Dice Chirinos que lo mejor que les podemos regalar es nuestro tiempo y dedicación. Saltos recomienda regalar experiencias. Por ejemplo, una linterna y un ‘sleeping’ para ir juntos de excursión.

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