Ser madre es una decisión

La maternidad debe ser responsable. El embarazo adolescente causa daños.
La OMS señala que  las niñas adolescentes sin educación o solamente con educación primaria tienen cuatro veces más probabilidad de quedar embarazadas que las adolescentes con educación secundaria o terciaria. Foto: Pixabay

La OMS señala que  las niñas adolescentes sin educación o solamente con educación primaria tienen cuatro veces más probabilidad de quedar embarazadas que las adolescentes con educación secundaria o terciaria. Foto: Pixabay

11 de mayo de 2018 17:10
Nancy Verdezoto

Ser madre es una tarea compleja y a la vez hermosa. No siempre se tienen las respuestas a todo, pero una madre buscará la forma de encontrar la solución para los problemas por los que sus hijos atraviesen.

La maternidad ha dado un giro radical en los últimos años. Ya no se la ve como una forma de realización femenina ni tampoco como el fin último del género, sino como una decisión que despierta un amor tan puro y genera un millón de sonrisas. Esto no significa que sea algo sencillo; de hecho, es una tarea en ocasiones muy agotadora y además poco reconocida. 


La maternidad tiene que ser responsable, por toda la carga emocional, física, psicológica y económica que implica formar a un hijo. Sin embargo, en el país, la edad promedio de las mujeres al tener su primer hijo bordea los 20 años, según datos del INEC. A esta edad apenas se ha terminado el colegio y se cursa el segundo año de universidad, un proceso que la maternidad puede dificultar o incluso coartar.


Pero este número no llama tanto la atención como el del embarazo adolescente. Los datos del INEC demostraron que a escala nacional existían más de 122 000 madres adolescentes, hasta el 2012. De ellas el 55,8% estaba en unión libre, el 15,7% era de casadas y el 20,2% era de solteras. 
El embarazo adolescente provocó que 6 487 adolescentes de entre 15 y 19 años abandonaran los estudios en el 2015. Entre el 2001 y el 2011, el embarazo adolescente aumentó en 2,3 puntos. Y esta realidad se repite con creces en estos años. 


“La tasa mundial de embarazo adolescente se estima en 46 nacimientos por cada 1 000 niñas, mientras que las tasas de embarazo adolescente en América Latina y el Caribe continúan siendo las segundas más altas en el mundo, estimadas en 66,5 nacimientos por cada 1 000 niñas de entre 15 y 19 años, y son solo superadas por las de África subsahariana”, señala el informe ‘Aceleración del progreso hacia la reducción del embarazo en la adolescencia en América Latina y el Caribe (2018)’, de la Organización Mundial de la Salud.


De allí que la maternidad deba ser tratada como una política de estado, en la cual se analicen las causas y las consecuencias de dar un paso como ese. 
Disfrutar de ser madre, de ver crecer a los hijos en un ambiente sano, con todos los beneficios y privilegios posibles, es algo que no se puede perder. Convertirse en mamá debe venir de la mano de la capacidad emocional y financiera para ser feliz y hacer felices a los hijos. 


Si formamos mujeres con todas las competencias, con metas y sueños por cumplir, será más difícil que se queden embarazadas. Un hijo nunca será un problema, pero puede afectar uno que otro plan y anhelo que se hayan planteado. La educación sexual es fundamental para conseguir madres e hijos felices. 

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