Las nuevas escuelas eliminan los deberes

Hay centros educativos que incorporan metodologías poco tradicionales y centradas en el niño que prescinden del concepto de tarea escolar.
La interacción familiar suele limitarse por la cantidad de deberes. Foto: Pexels

La interacción familiar suele limitarse por la cantidad de deberes. Foto: Pexels

10 de octubre de 2022 06:00
Gabriela Balarezo

Dependiendo de las circunstancias, los deberes pueden resultar beneficiosos o no para los estudiantes. Aunque en la mayoría de escuelas y colegios sigue siendo la norma enviar una buena cantidad de los mismos, de a poco van surgiendo centros educativos con metologías diferentes que no se centran en el envío de tareas.

Más que los deberes en sí, el problema o el origen del debate es la cantidad y el tiempo que emplean los chicos en completarlos. Reinvented Schools, una red de escuelas y colegios que cuenta con tres campus en la ciudad, implementa una metodología basada en la personalización que no incluye las tareas escolares como tal.

Ana Cristina Hidalgo, CEO de Reinvented Schools, explica que la lógica detrás de esta decisión está en la filosofía educativa que aplican: de respeto a la individualidad de cada niño “Para entender el no mandamos deberes, hay que entender el concepto general”, señala.

Hidalgo cuenta que en la red de centros educativos que dirige que se manejan por proyectos y planes de aprendizaje y no por tareas o temas sueltos. Así los estudiantes aprenden a través de proyectos grupales que se ejecutan en el aula.

Además, la filosofía aplicada se enfoca mucho en la autonomía. Cada niño se plantea metas académicas a diario y solamente se llevan trabajo a casa cuando no fueron lo suficientemente productivos en el espacio escolar para cumplir esos objetivos. Pero es algo que suele surgir de ellos, detalla Hidalgo, por el propósito que asumen consigo mismos.

Son numerosos los libros y nuevas líneas de investigación que destacan la importancia del juego para consolidar el aprendizaje. En esta misma línea, Hidalgo deja claro que quitarles tiempo de juego al ponerles trabajos o tareas tradicionales es también quitarles tiempo de aprendizaje.

La interacción familiar suele limitarse por la cantidad de deberes. Foto: Pexels

Los niños aprenden mucho más de la interacción durante un extracurricular, de fútbol o de bici, o simplemente aburriéndose en casa. Construyendo algo con piedras en el jardín. Así entienden más sobre el mundo que completando un ‘worksheet’”, menciona.

La metodología propia (K-Learning) que desarrollaron en Kruger School tampoco incorpora deberes. Ernesto Kruger Jr. creador de este centro educativo poco convencial explica que entre los diferenciadores de su propuesta está que además de las materias comunes tienen optativas que los alumnos pueden elegir y que tienen aplicaciones prácticas.

Pero lo que los caracteriza es que trabajan mediante proyectos, que en secundaria funciona como una preincubadora de emprendimientos. Así Kruger especifica que en lugar de tareas escolares los chicos tienen tiempo libre en las tardes para ultimar detalles de su propio proyecto, que está basado en sus gustos personales y que deben entregar a finales de año.

Lo que hagan del proyecto fuera del ámbito escolar depende del ritmo de cada estudiante. Son los mismos alumnos los que organizan el tiempo que le dedican, sin presiones externas. En cualquiera de las dos opciones, la decisión de no acoplar tareas como los establecimientos tradicionales viene respalda por una metodología de enseñanza específica que lo justifica.

La voz del experto a favor y en contra de los deberes

Función.  El doctor en Educación y consultor educativo internacional Alfonso Algora especifica que la intención de las tareas es complementar los conocimientos adquiridos en las clases y en el aula.

Beneficios. Desarrollar de este tipo de trabajos académicos en casa, dice el experto, sirve para reafirmar lo aprendido de forma autónoma. Así se generan espacios de autoconfianza y demás.

Ventajas. “Hacer la tarea en tu casa te permite adquirir esa confianza y destreza para poder solucionar problemas similares sin esa dirección del profesor”, puntualiza Algora.

Exceso
. Aunque son necesarios en una medida lógica (no más de una hora al día), según el experto, generan conflicto sobre todo en colegios con jornadas largas y hay actividades extracurriculares.

Problemas.  Cuando a los niños se los mantiene ocupados con tareas y todo tiempo de actividades, advierte Algora, se les quitan tiempo lúdico y familiar. “No todo tiene que se siempre provechoso”.

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