La paternidad se encarga de modificar el cerebro

Cuando un bebé nace se genera entre padre e hijo una relación que se fortalece por el involucramiento en la crianza
Los padres generan vínculos emocionales con sus hijos desde el momento de su nacimiento.

Los padres generan vínculos emocionales con sus hijos desde el momento de su nacimiento.

25 de junio de 2020 13:30
Nancy Verdezoto

El nacimiento de un hijo trae consigo una serie de cambios en la vida de una persona. No solo físicos sino también emocionales.

Convertirse en padre o en madre implica generar un víncu­lo superior para proteger al nuevo miembro de la familia y garantizar su desarrollo. Por lo general, siempre se habla del rol de la madre en este proceso, pero la ciencia ha descubierto que los padres también modifican su estructura cerebral para poder cuidar de su hijo. De acuerdo con investigaciones realizadas, la paternidad produce cambios físicos y químicos en el cerebro. Esto incide en el vínculo padre-hijo, en las funciones cognitivas fundamentales -como la memoria- y en el aprendizaje del padre.

El psiquiatra Erich Seifritz, de la Universidad de Basilea (Suiza), realizó resonancias magnéticas funcionales a cientos de padres para demostrar que un área del cerebro de los padres se activa al oír el llanto de un bebé: la amígdala, que está implicada en el procesamiento de las emociones.

Además, existe una mayor producción e intercambio de hormonas en los hombres, que actúan sobre la amígdala. Cuando los padres tienen a su hijo recién nacido en brazos, aumenta su producción de oxitocina, la misma hormona que ayuda a las mujeres durante el parto a la contracción del útero, y prolactina, la hormona que se encarga de la producción de leche en las madres durante la lactancia. Esto incide en el desarrollo de sentimientos y emociones hacia los bebés recién nacidos.

Asimismo, un estudio del 2018 demostró que los niveles de testosterona (la hormona masculina) se reducen significativamente tras la paternidad. Es más, cuanto más implicado está el padre en la crianza del bebé, más se reduce su testosterona, según señaló el trabajo publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences. “La disminución de la testosterona parece ser un ajuste biológico que ayuda a los hombres a cambiar sus prioridades cuando llegan los hijos, ya que los rasgos como la agresividad y la competencia son menos útiles”, dijo Christopher Kuzawa, antropólogo de la Universidad Northwestern de EE.UU. y autor del estudio.

La cercanía con los hijos es lo que provoca que un hombre se sienta padre. Antes, cuando el bebé está en el vientre, no existe una relación y ellos no se sentirán vinculados con el feto.

Este amor, al igual que en las madres, modifica la compleja red neuronal de los cerebros para que tengan como prioridad el proteger a los pequeños, cuando más lo necesitan.

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