El nacimiento de un bebé siempre trae cambios en el entorno familiar. Más aún cuando ya hay niños en casa. Este nuevo integrante probablemente alterará algunas de las rutinas del hogar y es necesario prepararse. Los hijos pequeños van a requerir el apoyo de sus padres para navegar en una nueva realidad.

Lo primero es entender que, dependiendo de la edad, los niños pueden reaccionar de forma distinta a la noticia de la llegada de un nuevo hermano o hermana. Los pequeños, entre 1 y 2 años de edad, no entienden el concepto de hermanos, pero es importante que sientan la emoción de sus padres para que ésta se les contagie.

En esta edad los niños todavía dependen mucho de sus progenitores, por lo que hay que buscar la ayuda necesaria para asegurarse de que el niño o la niña reciban la atención que requieren. De 2 a 4 años de edad, los niños suelen estar muy apegados a sus padres y tal vez tengan dificultades para compartir su tiempo.

Además son más sensibles a los cambios y pueden sentirse amenazados. Lo mejor es anunciar la llegada de un bebé cuando se empiecen a comprar los muebles para su cuarto o cuando la barriga de mamá empiece a crecer. Así lo recomienda ChildMind, una organización dedicada al cuidado de la salud emocional de los niños en diferentes etapas.

Para explicar los cambios, los psicólogos recomiendan utilizar libros y cuentos que puedan ayudar a visualizar los nuevos cambios y a normalizar la nueva realidad. Además es importante que los padres sean quienes den la noticia al niño.

Otra recomendación es informar sobre los cambios que se van a dar de forma honesta. Los chicos necesitan saber qué esperar. Deben entender que el bebé va a necesitar del tiempo de los padres y que también va a llorar y a hacer ruido. Pero es importante asegurarles que el amor de papá y mamá será igual después de la llegada del nuevo hermano o hermana.

Los niños mayores de 5 años suelen estar más abiertos a los cambios y pueden recibir la noticia de manera positiva. De todas formas hay que prestar atención para que no se generen resentimientos. Para hablar de la llegada del bebé hay que utilizar palabras que los hijos puedan entender.

Una buena forma de lograr que los chicos se sientan más cómodos con el cambio es “incluirlos en las actividades de preparación como la preparación y decoración del cuarto del bebé, la compra de la ropa y pañales, entre otros”, dice la psicóloga infantil Alejandra Vela.

Asimismo es necesario que los niños se sientan parte de la familia tan pronto ha nacido el nuevo bebé. Por ello se recomienda llevar al hijo o hija mayor al hospital a conocer al nuevo integrante del hogar.

Al volver a casa se puede incluir a los hijos mayores en actividades del cuidado del bebé. Esto les ayudará a formar un vínculo y a sentir que tienen un rol importante dentro de la familia. Hay que establecer normas y reconocer y valorar cuando los niños actúan de forma correcta con el bebé.

Si bien los padres pueden sentirse abrumados, tampoco deben descuidar a sus hijos mayores y sus necesidades. Deben recordarles constantemente que siguen siendo igual de amados que antes y se recomienda tratar de establecer tiempo a solas de calidad con cada uno de ellos para que se sientan importantes, concluye Vela