Los riesgos de convertirse en padres intensivos

Muchos papás y mamás sienten presión por dedicar más tiempo y dinero al éxito de los hijos. Esto puede llevarlos a sobrecargar el día a día.
Una de las características de los padres intensivos es que sobrecargan de actividades extracurriculares a sus pequeños. Foto: Freepik

Una de las características de los padres intensivos es que sobrecargan de actividades extracurriculares a sus pequeños. Foto: Freepik

29 de enero de 2019 15:46
Gabriela Castellanos

Hacer un buen trabajo en la crianza de los hijos puede derivar en una obsesión. Muchos padres sienten una presión familiar y social de tener éxito en la educación de sus pequeños. De ahí nace una necesidad de estar 100% involucrados en todas las actividades de los chicos.

Un estudio de la Universidad de Cornell (EE.UU.) reveló que en los últimos años se ha posicionado una nueva corriente de crianza: los padres intensivos. Patrick Ishizuka, director de la investigación, planteó varios escenarios a mamás y papás para evaluar cómo actúan con respecto a las actividades de sus niños, cómo se manejan cuando hay conflictos y la interacción con profesores y profesionales médicos.

Los padres intensivos invierten altas cantidades de tiempo y dinero para que sus hijos acudan a -generalmente varias- actividades extracurriculares como música, deportes o idiomas. “Se aseguran de que sus niños nunca estén desocupados, que tengan siempre algo que hacer y en los momentos de descanso aprovechan para conversar sobre los pensamientos y emociones de los chicos”.

La diferencia con los padres helicóptero es que estos últimos ejercen un control excesivo, restan, e incluso eliminan la independencia de los chicos. En el caso de los padres intensivos se destinan grandes esfuerzos para que consigan triunfar en varias áreas.

“A veces los padres ven su propio éxito en los logros de sus hijos. Si mi hijo es excelente en el colegio, si tiene además un equipo deportivo, si aprende un idioma, si hace algún tipo de voluntariado yo puedo sentir que estoy haciendo un buen trabajo como papá o mamá”, dice la psicóloga infantil Andrea Santos.

E
sto puede derivar en conflictos en el futuro, dice la especialista. Un primer problema es el agotamiento. “Si bien son niños y tienen mucha energía, también necesitan descansar”, apunta. Esto no quiere decir que no se les deba incluir en actividades extracurriculares, pero deben ser mesuradas.

“He visto casos de chicos que salen del colegio a las tres o cuatro de la tarde, luego tienen deporte, tienen baile, tienen arte, y llegan a la casa completamente agotados. Y ahí tienen que hacer sus tareas, bañarse y prepararse para el siguiente día”, cuenta Santos.

Hay que medir, de acuerdo con la edad de los pequeños, cuántas actividades pueden manejar de forma saludable. Se debe permitirles explorar diferentes ramas para que encuentren lo que más les guste.

Tampoco se debe forzar a un niño a seguir una actividad que le resulta aburrida o poco interesante. “La niñez es el momento para aprender y ser felices. A veces como padres creemos saber qué cosas les va a gustar más, pero también nos equivocamos. Lo importante es respaldar a nuestros niños y guiarles para encontrar su camino”, apunta la psicóloga.

El cansancio emocional también es otro problema frecuente. Los padres intensivos suelen buscar que la comunicación entre ellos y los niños sea muy fluida. “Todo el tiempo les están preguntando lo que sienten y piensan. Les hacen hablar de sus emociones e ideas, aunque no con un afán de controlar sino de asegurarse de que están bien y conocer en qué aspectos pueden ayudarles”, destaca.

Para la especialista, los niños necesitan aprender a hablar de lo que sienten, pero también es importante respetar los momentos en los que deciden quedarse callados. Lo más importante es fomentar la confianza para que, cuando ellos sientan necesario, puedan acudir a sus padres en busca de consejo.

Además, este tipo de crianza puede aumentar la presión sobre los padres. Si bien es importante que dediquen tiempo a los niños, no deben sentirse culpables por tener que trabajar o salir. “Es absolutamente normal, aunque hoy en día sea mal visto que te dediques un poco de tiempo”, dice Santos.

La presión sobre la economía también es otra consecuencia. Las varias actividades extracurriculares suman costos altos que, en algunos casos, las familias tienen dificultades para costear. Los especialistas recomiendan hacer un análisis de cuáles son las preferidas por los chicos y así evitar una sobrecarga para todos.

Los psicólogos no encuentran la respuesta en un único estilo de paternidad. De los padres intensivos rescatan el interés de ofrecer a los hijos más oportunidades y tiempo.

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