Las siestas de los niños ayudan a su desarrollo integral

Los niños necesitan períodos de descanso durante el día para recuperar energías y fortalecer su crecimiento
Los niños deben descansar los suficiente para poder desarrollarse adecuadamente. Foto: Freepik

Los niños deben descansar los suficiente para poder desarrollarse adecuadamente. Foto: Freepik

16 de enero de 2019 11:56
Gabriela Castellanos

Para nadie es un secreto que todas las personas necesitan mantener un ciclo regular de sueño para estar sanos. En los niños es aún más importante. Además del descanso nocturno, requieren momentos de reposo a lo largo del día.

Las siestas sirven para reparar al organismo y recuperar energía. Mientras menos edad tienen los niños, más tiempo pasarán durmiendo. Esto se debe a que la mayor parte del desarrollo físico y mental se produce en la primera infancia y las siestas proporcionan un tiempo de inactividad muy importante.

Andrea Cevallos es investigadora de sueño infantil y creadora del Método Rêver Es Hora de Dormir, un programa que busca ayudar a los niños a tomar hábitos de sueño positivos. En su trabajo ayuda a las familias a establecer un ciclo saludable que beneficie a los niños y a sus padres.

Dormir a conciencia, dice Cevallos, implica generar el hábito de descansar en espacios y momentos adecuados, sin estímulos innecesarios y con una rutina apropiada. Para ello trabaja con hábitos y rutinas.

Para la especialista, las siestas ayudan a los niños a descansar mejor durante la noche. “Todas las personas se despiertan en la madrugada. Cambian de posición y se vuelven a dormir solas. Esa es la idea de trabajar con los niños, que si se despiertan puedan dormirse solos nuevamente, sin llorar”.

Es decir, se busca que los niños o infantes aprendan a dormir en sus espacios sin necesidad de lactar o mecerse en brazos o en un coche.

Una parte importante de lograr este sueño nocturno es asegurarse de que exista descanso durante el día, aunque suene contradictorio. “Yo rompo muchos mitos. Hay padres que dicen que no les dejan tomar siesta para que lleguen supercansados a la noche y duerman mejor”, cuenta. Sin embargo, esto es contraproducente. “Los bebés que llegan hipercansados no duermen bien”, agrega.

La cantidad de siestas, así como la duración de las mismas, debe variar de acuerdo con las necesidades de cada niño o niña y de su edad.

En los bebés de hasta 3 meses de edad, el sueño es diferente, pues los pequeños duermen períodos cortos la mayor parte del día y se levantan para alimentarse. A medida que van creciendo, su ciclo circadiano se estabiliza y ya pueden dormir casi toda la noche sin despertarse a comer.

Desde los 4 meses de edad, las siestas van disminuyendo poco a poco. Empiezan con
tres o cuatro siestas al día, luego se reducen a dos y finalmente a una.

La duración de la siesta también dependerá de cada niño. En general se recomienda que duren mínimo 30 minutos y máximo dos horas y media. Para niños mayores de 5 años el tiempo debe ser menor, una siesta de una hora será suficiente para recuperar energías y continuar con las actividades del resto del día.

Otro aspecto importante sobre las siestas es la hora apropiada. Al principio se realizan varias siestas y se dividen en la mañana y en la tarde. Luego, a medida que se reducen, se debe procurar que los pequeños tengan un tiempo de descanso después del almuerzo.

“En las guarderías no tienen siestas cuando ya son un poco más grandes, entonces es importante que duerman un poco en la tarde”, dice Cevallos.

Otro problema frecuente que encuentra en las asesorías a madres y padres de familia es que los hijos toman las siestas a horas poco apropiadas. “Me dicen, mi hijo sí duerme siesta de seis de la tarde a ocho de la noche, pero luego ya no se quiere acostar temprano”. Si bien las siestas son necesarias, también se debe vigilar que no interrumpan o perjudiquen el ciclo de sueño de los niños. “No deben dormir pasadas las cinco de la tarde porque a esa hora ya debe empezar la rutina para la noche”, explica la investigadora.

Solo en estos casos será conveniente despertar al niño o niña. Si es más temprano y se pasa un poco de las dos horas y media no habrá problema pues, según Cevallos, “es más grave que no duerma a que duerma un poquito más”.

Cuando los niños mantienen un ciclo de sueño adecuado no solo se recuperan ellos, los padres también pueden tener una vida más ordenada.

También es importante mantener horarios regulares, para que los chicos se acostumbren a estos nuevos hábitos.

“La clave es crear una rutina que funcione para todos los miembros del hogar”, concluye la especialista. Su método creado hace dos años ya tiene más de 600 casos de éxito dentro y fuera del país.

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