La socialización es clave en la crianza de los hijos

La interacción con compañeros y adultos permitirá a los niños comprender cómo funciona el mundo. Los padres deben ayudar a relacionarse más.
Es importante que los niños aprendan a socializar desde los 3 años de edad. Foto:Pexels

Es importante que los niños aprendan a socializar desde los 3 años de edad. Foto:Pexels

24 de enero de 2019 14:54
Nancy Verdezoto

Cada niño es un mundo único. Ninguno se parece a otro, a pesar de que tengan la misma educación y la misma familia. Por ello es que algunos son más introvertidos y otros son el centro de atención.

Uno de los temas que más preocupan a los padres es que los hijos se puedan relacionar con las demás personas sin ningún problema. Cuando son más tímidos, esto se puede volver una dificultad incluso para toda la familia.

Vencer el miedo a los demás es un proceso largo y lento, pero si los padres se involucran se logrará que los hijos socialicen y se relacionen con sus iguales y con los adultos de una manera directa y saludable.

Hasta los 3 años, los niños solo se relacionarán con sus padres, pero a partir de esa edad es importante que los niños empiecen a interactuar con otros niños, porque eso determinará la forma en que lo harán hasta la adolescencia.

Mediante la socialización, los niños se descubren a sí mismos como individuos por derecho propio. “Para los psicólogos, la socialización funciona como una serie de bloques de construcción donde se refuerza el comportamiento correcto en cada paso. Este proceso de socialización ‘paso a paso’ ayuda a garantizar que los niños puedan pasar de las actividades sociales supervisadas por sus padres a ser capaces de socializar por sí mismos”, señaló la psicóloga Daniela Vicuña.

La socialización no debe ser impuesta sino natural, para que sean ellos quienes promuevan el acercamiento con otros pequeños y no los padres. “Cada niño es diferente y no socializan ni de la misma forma ni al mismo ritmo. Debemos tener paciencia y dejar que ellos solos, poco a poco, vayan relacionándose con otros niños”, explicó Vicuña.

Los padres deben reconocer las causas de la timidez o de las dificultades de relacionarse de sus hijos. Estas pueden estar asociadas con el estilo de crianza: sobreprotector o crítico, o también con situaciones traumáticas que afectaron la confianza en ellos mismos y en los demás, como la violencia intrafamiliar o sexual.

“De manera general, un niño con dificultades para socializar requiere aprender a comunicarse con sus palabras y que su entorno las valore. Necesita trabajar en el reconocimiento y expresión de sus emociones para poner límites en la relación con otros. Es importante que pueda ser empático, que desarrolle la habilidad de escuchar lo que sienten y piensan los demás y que tome decisiones considerando esta información”, aclaró la psicóloga.

Es necesario que los chicos estén preparados para diferenciar entre lo que ellos quieren y lo que los demás buscan de ellos. Así, ellos serán capaces de tomar decisiones con criterio y no se convertirán en un espejo de sus amigos y compañeros, sin capacidad de acción.

Los padres deben ser las guías en este proceso de relacionamiento, explicarles cómo tomar decisiones, cómo enfrentarse ante la presión social y cómo actuar cuando alguno de sus amigos quiera imponer sus criterios sobre los niños. Esto es parte de la manera en la que se vinculan con otros.

Consejos para ayudar a los niños a relacionarse con los demás

Llegar pronto a las actividades sociales.
Si a nuestro hijo lo invitan a una fiesta, una buena idea es llegar temprano. Si nuestro hijo es un poco tímido, le ayudará a aclimatarse antes al entorno y le dará tiempo a adaptarse al ambiente.

Fomentar la relación con otros niños.  
Los padres debemos fomentar la relación con niños de su entorno más próximo. Por ejemplo, todas las tardes podemos ir al parque para que juegue con niños del barrio o de su misma edad y para que se sienta cómodo.

Prepararse para el colegio.
Muchas veces nuestros hijos se sienten nerviosos y alterados antes de que comience el colegio o después de las vacaciones. Lo mejor es ir siempre preparando a nuestros hijos unos días antes de entrar.

Enseñarles buenos modales.  
Si queremos que nuestros hijos sean siempre aceptados, tenemos que enseñarles a decir ‘gracias’, ‘perdón’ y ‘por favor’. Los buenos modales y el respeto por sus iguales les ayudarán siempre a ser bienvenidos.

Actividades en grupo.  
Una buena idea cuando nuestros hijos van creciendo y nos damos cuenta de que tienen pocos amigos es apuntarles a actividades que se deban desarrollar en grupo. Por ejemplo, hacer algún deporte de equipo como el fútbol o el baloncesto.

No intervenga si no es necesario.  
Muchos niños tendrán inconvenientes entre ellos, pero suelen ser pasajeros. Solo debe actuar si observamos que uno o varios niños son abusados por otro, tanto si nuestro niño es la víctima o el victimario.

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