TDAH, una guía para ayudar a los padres

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad, (TDAH), se evidencia desde la niñez y perdura en la edad adulta. Suele ser mal diagnosticado y, por ende, mal tratado por las personas.
Un aprendizaje lento o bajas notas pueden ser un signo de alerta.  Foto: Freepick

Un aprendizaje lento o bajas notas pueden ser un signo de alerta. Foto: Freepick

7 de marzo de 2022 08:00

Durante el confinamiento estricto por la pandemia, Rosa Ormaza buscó desesperadamente plastilina; como el comercio se paralizó, encontrarla fue un martirio.

La plastilina es el único objeto que logra tranquilizar a su hijo menor, Brandon, quien fue diagnosticado con trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Durante el tiempo de confinamiento, su hiperactividad incrementó tres veces, recuerda Rosa.

Cuando Brandon fue a su primer año de educación inicial, su maestra notó que algo no andaba bien. Él no atendía a clases ni tenía interés por hacer las actividades, solo corría por el aula sin parar.

Una vez que lo diagnosticaron, su madre comprendió por qué su hijo, desde muy pequeño, no dormía las horas habituales, lloraba desconsoladamente cuando no podía ver y repetir incontables veces un video y supo por qué el menor de sus dos hijos era, básicamente, ‘imparable’.

Según el neurólogo Juan Montalvo, el TDAH puede tener un factor genético y otros riesgos fundamentales como un peso bajo al nacer (menor a 2 kilos) o algún tipo de asfixia perinatal, en estos casos, la falta de oxígeno afecta un órgano tan sensible como el cerebro. Es a partir del primer año de vida que ya se pueden identificar rasgos del déficit de atención e hiperactividad.

Montalvo explica que el TDAH es un trastorno que recoge una tríada: el déficit de atención, la hiperactividad motora y la impulsividad. Estos pueden alterar la conducta con un solo tipo de la tríada, con dos de ellos o con los tres de manera simultánea.

“Se ha demostrado que el TDAH es más común en los hombres”, acota el especialista.

La conducta de un niño con TDAH, por ejemplo, presenta una excesiva inquietud motora, salta las reglas, tiene un ritmo lento de trabajo, no atiende instrucciones..., por ello, un signo de alarma puede ser las bajas calificaciones. En el caso de Brandon, hay días en los que simplemente no quiere recibir clases y no pueden exigirle, si no quiere estar en un lugar no pueden obligarlo, si no quiere saludar a alguien, tampoco. “Como madres hay que ser fuertes, no pensar en lo que dice la gente”, dice su madre; Rosa.

Las personas que padecen déficit de atención, además de alteraciones en la conducta, presentan problemas de sueño y dificultades de afectividad, como en el caso de Brandon. Montalvo advierte que estos niños, muchas veces, son víctimas de maltrato y castigos por ser calificados como “malcriados”, precisamente por la falta de comprensión de la situación del resto de personas.

El trastorno los acompañará toda su vida. Si son diagnosticados a tiempo, para casos moderados a severos, recibirán tratamiento farmacológico o terapias psicológicas que van a controlar la situación; sin embargo, esta condición se manifestará en la adolescencia y también en la adultez. Montalvo recuerda que ha tratado casos en los que el niño ha logrado la excelencia académica.

Paula Martínez, psicóloga clínica especializada en niños y adolescentes, dice que mientras más pronto se diagnostique y se inicie un tratamiento, se obtendrán mejores resultados. Por ejemplo, para las habilidades cognitivas y del desarrollo se recomienda la terapia ocupacional.

Con ella, también se puede tratar ciertos casos en los que la impulsividad puede desencadenar agresiones hacia otros niños. Añade que para que el proceso sea integral deben intervenir las instituciones educativas, profesionales de la neurociencia y las familias.

“Es muy difícil comprender que hay alguna condición que va a acompañar a un hijo para toda la vida”, dice Rosa. Ella ha investigado sobre el trastorno; también recibe cursos para comprenderlo y adaptarse. Rosa es y seguirá siendo su maestra sombra: “Yo me veo estudiando en la universidad con él”, comenta.

Brandon también fue diagnosticado con trastorno del espectro autista (TEA), pero, según Rosa, el trastorno de déficit de atención es el que más lo domina. 

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