La comida de Israel, además de ser mediterránea, está influenciada por los inmigrantes que trajeron las ideas de sus platos típicos tradicionales desde distintas zonas y los desarrollaron con productos locales israelíes.

Personas de Marruecos, por ejemplo, preparan el famoso pescado marrocano pero con ingredientes de Israel. Lugares como Irán, Iraq e incluso Sudamérica fusionan su gastronomía con la israelí para lograr nuevos sabores.

El chef Lucas Zitrinovich asegura que la cocina israelí es espontánea y dinámica porque uno se debe adaptar a los productos que ese rato da la tierra. En cada momento del año se consumen los productos disponibles de acuerdo con la determinada estación; por ejemplo, en verano se da más fruta y vegetales mientras que los mejores pescados y mariscos se encuentran en invierno.

Otro aspecto importante que mencionar en la gastronomía israelí se refiere a la cocina kosher (que significa apto). En el Antiguo Testamento, escrito hace cinco mil años atrás, está una lista muy específica de alimentos que los israelitas tenían prohibido consumir como el cerdo, los mariscos y moluscos, el cuervo, los gusanos y la carne con su sangre, sobre todo de animales estrangulados.

Hoy en día la cocina va dejando atrás las tradiciones y la religión, tan arraigadas en la cultura, para abrir puertas a nuevos sabores, propuestas y productos, fusionándose siempre con otras culturas.

A pesar de que en las fiestas tradicionales o festividades israelíes hay algún tipo de comida que destaca, Israel no posee platos típicos como tales. Es un país muy joven aún que está creando y desarrollando platos típicos. Lo que no se cuestiona, dice el chef, “es que en los platos y sabores típicos israelíes siempre vamos a encontrar un toque picante, buena sazón, aceite de oliva y la pasta de sésamo. Siempre se jugará con los sabores dulces y salados en un mismo plato”.