La kombucha es una bebida exótica y saludable

La kombucha es una bebida a base de un hongo chino. Foto: Armando Prado / FAMILIA

La kombucha es una bebida a base de un hongo chino. Foto: Armando Prado / FAMILIA

26 de noviembre de 2018

Una infusión natural hecha a base de té, azúcar y cultivos facilita la desintoxicación, refuerza el sistema inmune y aporta energía. La kombucha, conocida como el té de la inmortalidad, es una bebida que mantiene un sabor entre dulce y ácido.

Está hecha a base de un hongo manchuriano (Manchuria, noreste de China), que se fermenta con una colonia de levaduras y bacterias conocida como ‘scoby’ (Symbiotic Colony Of Bacteria and Yeast).

María Gloria Dueñas, chef de Super Foods, dice que la bebida se popularizó en Ecuador hace un poco más de tres años.

En cuanto a la preparación, la chef afirma que de un hongo madre en forma de disco van desprendiéndose otros más pequeños. Estos crecen de acuerdo con el tamaño del recipiente en el que se encuentren.

El proceso de fermentación para tener lista la bebida oscila entre los 12 y 15 días, por lo que hay que tener cuidado, ya que su sabor puede volverse muy avinagrado si el tiempo de fermentación se excede.

Debido a la acción del hongo, la kombucha contiene gas y un efecto efervescente. Dueñas comenta que sus clientes prefieren sabores como mortiño, jengibre y la mezcla de piña-coco.

Los hongos chinos son los encargados de otorgar a la bebida propiedades como: normalizar el tránsito intestinal, provocar efectos antivíricos y antibacterianos, desintoxicar el organismo, reducir el nivel de colesterol, estimular la circulación, mejorar el rendimiento del oxígeno en las células, aumentar la capacidad física de los deportistas y activar las defensas del cuerpo.

Estas propiedades generalmente son las mismas para todas sus variedades y combinaciones.


La bebida también puede llevar: jengibre, hierbabuena, canela, cedrón y cúrcuma. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

La bebida también puede llevar: jengibre, hierbabuena, canela, cedrón y cúrcuma. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO



María Fernanda Lazzati lleva 20 años fermentando alimentos, porque quiere ofrecer a sus clientes alternativas de medicina no tradicional.

Los sabores que ofrece son más variados. Ella realiza kombuchas de limón, fresa, manzana, cúrcuma, albahaca, mora y hierbabuena.

Resalta, además, que algunos consumidores solicitan el té con su sabor natural, aunque sea un poco más fuerte.

Lo recomendable es consumir la bebida dentro de un mes, caso contrario puede adquirir un mayor grado alcohólico.

El kéfir es otro tipo de bebida fermentada, similar al yogur con efecto probiótico. Se conoce que los musulmanes lo llamaban ‘los granos del profeta Mahoma’.

Los gránulos tienen aspecto similar a la coliflor, pero más blandos y gelatinosos. Tanto la kombucha como el kéfir otorgan nutrientes para la salud intestinal.

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