La blancorexia tiene secuelas en la salud

El color normal de un diente saludable no es 100% blanco. Los dientes naturales y sanos tienen tonos marfiles.
Obsesión Por lucir dientes más blancos, las personas pueden recurrir a tratamientos con productos que pueden ser nocivos. Foto: Pexels

Obsesión Por lucir dientes más blancos, las personas pueden recurrir a tratamientos con productos que pueden ser nocivos. Foto: Pexels

15 de diciembre de 2021 16:47
Carolina Vasco

El color está determinado por la genética. La dentina es la segunda capa de la pieza es la que da el tono, mientras que el esmalte es transparente.

La edad y ciertos hábitos cambian el color de la dentadura, pero un adecuado aseo, así como visitas periódicas al odontólogo, pueden mantenerla en buen estado. Sin embargo, la publicidad y, últimamente, las redes sociales venden la idea de una blancura irreal.

Llevados por una representación equivocada de la estética dental, muchas personas pueden obsesionarse con el deseo de una sonrisa perfecta. Esta ansiedad por lucir dientes blancos se denomina blancorexia. Se trata de un trastorno obsesivo compulsivo, explica Mario Albán, psicólogo clínico.

El problema provoca que la persona cumpla con extrema preocupación un ritual para que disminuya la ansiedad por sus dientes ‘amarillos’. Es un trastorno obsesivo, porque la persona se calma por momentos, pero el problema vuelve. La blancorexia puede llegar a poner en peligro la salud bucodental porque el paciente es capaz de acudir a tratamientos agresivos si considera que no ha logrado su objetivo.

El método más efectivo para realizar el blanqueamiento es el directo, explica Darwin Salazar, odontólogo-ortodoncista. El tratamiento se realiza en un consultorio dental. El proceso utiliza perborato de sodio con peróxido de hidrógeno al 35%. Requiere cuidar la encía con un protector gingival y finalmente una profilaxis o limpieza dental.

Es importante seguir las especificaciones e instrucciones sobre el tiempo de uso del químico que indica el fabricante, la remoción con abundante agua y succión de alta velocidad. Salazar recalca que el odontólogo es quien debe realizar este tratamiento una vez al año.

En ocasiones, la limpieza dental tradicional, que los especialistas sugieren hacerse cada seis meses es suficiente para conseguir una sonrisa más clara. Muchas veces las personas recurren a tratamientos de forma empírica.

Hacen búsquedas en Internet y las respuestas que obtienen pueden no dar resultado o hasta ser perjudiciales para salud bucodental. Hay opciones como usar bicarbonato de sodio, agua oxigenada, jengibre, limón, cáscara de plátano, vinagre y aceites, entre otras, que no han sido comprobados como blanqueadores dentales. A estos materiales caseros se suman otros industrializados.

El abuso de esos u otros productos podría generar efectos secundarios no deseados e irreversibles, como la pérdida de tejido duro dental o reabsorción cervical, pigmentación en los dientes y sensibilidad. Para realizar un blanqueamiento, se debe estar capacitado y familiarizado con los componentes químicos que se utilizarán.

Albán indica que la blancorexia es además es un trastorno dismórfico corporal, ya que el sujeto se siente insatisfecho con una parte de su cuerpo que, en este caso, es el color de sus dientes. Aunque quienes le rodean e incluso los especialistas notan un cambio positivo, al paciente no le satisface.

Tiene una percepción desvalorizada de sí mismo, además de una autoestima baja porque no se siente agradable frente al resto. La blancorexia puede generar otro tipo de repercusiones, como incrementar los gastos en tratamientos repetitivos que pueden afectar el bolsillo.

Para no perder el color blanco de los dientes, se debe evitar productos con agentes pigmentadores como , chocolate, café, gaseosas y cigarrillos. Además, debe ser muy cuidadoso con el uso de productos de higiene dental que contengan clorhexidina. Albán indica que las personas deben acudir al odontólogo por salud y no solo por un tema estético

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